[OPINIÓN] Reactivación educativa y recuperación de trayectorias: un desafío colectivo
La recuperación de la asistencia y la revinculación a las escuelas y liceos ha sido una de nuestras principales preocupaciones como Gobierno. Son precisamente los alarmantes porcentajes de inasistencia- sobre el 15% – el factor que nos alinea frente a la tarea que, como sociedad, debemos afrontar: evitar la deserción escolar.
Afortunadamente, ya con el poco andar del año académico 2023, podemos prever un futuro auspicioso en lo que respecta a la concurrencia de niñas, niños y adolescentes a nuestros establecimientos educacionales. Hace exactamente un año atrás, en el país teníamos 1 millón 169 mil estudiantes con inasistencia grave, es decir, cerca del 35% de la matrícula, y a marzo 2023 pudimos reducir esta inasistencia en 13 puntos porcentuales (cerca de 450 mil estudiantes salieron de esta zona roja), un real logro si hablamos del futuro de las nuevas generaciones del país.
Si acotamos la mirada y nos enfocamos en las cifras concretas, en la Región de los Lagos pasamos de un 39% la inasistencia (68.118 estudiantes) en 2022, a un 22% (37.726 estudiantes) en 2023. Lo que significa que redujimos en un 17% este indicador, algo que nos llena de alegría y esperanza frente a una tarea que no está completa, pero que da tregua, e incluso nos da luces de victoria.
Como sociedad tenemos la responsabilidad entregarle a niñas, niños, jóvenes y adultos, las oportunidades para crecer y desarrollarse de la mejor forma posible, razón suficiente para desplegar con mayor ímpetu el Plan de Reactivación Educativa; despliegue que se cimenta en una serie de acciones integrales para mejorar la asistencia, reducir el ausentismo grave y recuperar aprendizajes basales. Entre las estrategias que contempla el plan, destacamos el envío de reportes personalizados de inasistencia y desvinculación a más de 11.200 establecimientos del país, con información sobre sus estudiantes, insumos que orientan y contribuyen a una correcta y oportuna toma de decisiones de los establecimientos educacionales. Pasamos con esto desde una estrategia que reacciona, a una iniciativa eminentemente proactiva y atingente a la realidad material de todas las comunidades.
Complementariamente, entendiendo que el ausentismo es una problemática sistémica, implementamos programas para mejorar la convivencia y la salud mental de las comunidades, como el Programa Habilidades para la Vida, y el programa territorial de convivencia, que hoy llamamos “A convivir se aprende” -que llegará a 100 comunas del país-. En la región de Los Lagos se dará continuidad al trabajo en Castro, Los Muermos, Llanquihue y Puerto Montt y sumaremos a Quellón, Osorno y San Pablo. También tenemos el desafío de contar con 20.000 tutores a nivel nacional para apoyar los aprendizajes.
Todas estas acciones buscan contribuir a la labor más importante, que es la que realizan las propias comunidades educativas en su conjunto y todos quienes en ellas trabajan, a quienes agradecemos sus constantes esfuerzos en pro de la reactivación educativa, que es una tarea compleja y de largo aliento. Pese al optimismo de las cifras, no podemos bajar la guardia, pues aún tenemos grandes desafíos en materia de convivencia, salud mental y aprendizajes. Nuestra meta es reducir la inasistencia grave anual al 19,4%, registrada en el 2018. Seguiremos en el compromiso firme de estar en los territorios, con las comunidades educativas, haciendo carne la palabra empeñada y trabajando por una educación digna y justa para todas y todos.
Seremi de Educación
Daniela Carvacho Díaz.