Yanina Díaz apela a la lucha contra el narcotráfico con una Constitución que deje de criminalizar a cultivadores de cannabis

En el proceso anterior, la iniciativa popular de norma llamada «Cannabis a la Constitución Ahora: Por el derecho al libre desarrollo de la personalidad, soberanía personal y el bienestar», alcanzó las 15 mil firmas necesarias para ser discutida en menos de 24 horas. Sin embargo, el proyecto fue desechado por la comisión respectiva, dejando fuera de la Constitución esta demanda ciudadana apoyada por 43 organizaciones civiles.

La idea era respetar derechos fundamentales en torno al uso de sustancias con fines recreativos, terapéuticos y/o espirituales. La profesora Yanina Díaz buscará plasmar en la nueva Carta Magna que el Estado se haga cargo de este problema de persecución penal contra quienes cultivan sus plantas u hongos para uso personal, atacando así el narcotráfico.

La “Guerra contra las Drogas”, tal como la conocemos, ha sido un fracaso en todos los Estados en los que se ha implementado, dice la candidata, por lo que espera enfrentar el problema de salud y seguridad pública con una regulación con rango constitucional, para cambiar el paradigma y atacar el flagelo de la violencia que conlleva el narcotráfico.

Hace algunas semanas el Tribunal Constitucional dictaminó que la Ley Antinarco podrá entrar en vigencia. Esto tras un requerimiento de diputados de derecha que buscaba prohibir el auto cultivo de cannabis medicinal que queda resguardado en uno de los artículos de la normativa, el que fue rechazado por el tribunal. A pesar del avance en términos de protección, queda mucho camino por recorrer considerando la gran cantidad de usuarios que hay en el país que se proveen del narcotráfico.

La seguridad es primordial para el Estado de Derecho, por lo que garantizar una vida libre de violencia debe asegurar que el Estado se haga cargo de la raíz de estos problemas, según manifiesta Yanina Díaz. Para la candidata, los derechos sociales también forman parte de este cúmulo de materias que se deben entrelazar para que el buen vivir sea la base del desarrollo de una sociedad democrática, justa e inclusiva.