Kombo Negro Ska: De la pobla al under y del under al mundo

Un ritmo septuagenario como el Ska, originario de Jamaica, adquiere ribetes de trascendente en cualquier rincón del mundo. Osorno no es la excepción. Es una escena con altos y bajos que ha ido madurando desde, al menos, los años noventa en la zona. Desde hace ocho años que un grupo de entusiastas miembros de diversas bandas del ska osornino confluyeron en su propio proyecto. Kombo Negro Ska fue el nombre que decidieron darle.

Había una necesidad de expresar ciertos principios fundadores. «Nace en un contexto del fervor ardiente de la escena de Osorno, donde se aglomeraba tanto como el punk, el ska, el hardcore y derivados. Y nace como una instancia de generar un grupo que tenga una connotación social en las letras, emocional y cultural». Así lo define Alejandro (Janito), vocalista y guitarrista de la banda.

Desde ese lejano 2015, han pasado alrededor de diez integrantes por la banda. Actualmente son siete. Hay tres vientos, dos guitarras, un bajo y una batería que resuenan y vibran con claras influencias del Punk, Reggae, 2 Tone y similares. Además, este domingo 30 de julio lanzaron por todas las plataformas su primer disco: «La rebeldía se vive y se canta con amor». Un resumen de sus siete años activos condensadas en trece canciones propias.

Hazlo tú mismo

Fue un trabajo de largos años poder concretar la edición, producción y lanzamiento de este primer trabajo. En su momento estuvo la oportunidad, pero por diversos motivos, incluyendo el cambio de un integrante, no se había logrado materializar. Entonces decidieron que el primer disco debía tener ese tinte romántico del ‘hazlo tú mismo’.

Janito lo confirma. «Fue grabado por nosotros, editado por nosotros, masterizado por nosotros, todo el aspecto gráfico fue elaborado por nosotros. Y todo eso a través de un consenso tipo asamblea. Así nos organizamos de cierta forma», revela. Eso implicó que tuvieran que trabajar en aspectos como «la templanza, la paciencia y el entendimiento entre pares», agrega.

«Estás plasmando todo tu trabajo de tantos años en algo que va a salir o va a ser publicado, digámoslo así, dándole color, al mundo. Que si ya está en las redes, lo pueden escuchar hasta un pelado que está en Alemania, un pingüino en la Antártida. El disco fue grabado antes de pandemia, después en pandemia tuvo en stand-by, después retomamos de nuevo», explica sobre la ruta de trabajo.

Fueron más de tres años de aprendizaje en los que ensayaron, grabaron, mezclaron e hicieron todo el proceso en distintas casas de los propios integrantes de Kombo Negro Ska. Tras un percance en la fecha inicial de lanzamiento, en la que no pudieron realizar la tocata, esperan hacerlo en agosto. Matías (Mati), trompetista de la banda, asume que «ya se vienen cosas que quizás a uno le puede jugar mal. Aun así hay que estar firme, ¿no? Y seguir para adelante, porque igual se van a dar después las instancias». 

A mano y sin permiso

Dentro de la filosofía de Kombo Negro Ska, y que se refleja en sus letras, es que son una banda «contestataria», según sus propios miembros. También tienen un arraigo social importante que se explica por el origen de cada uno de ellos. Y es que provienen de distintas poblaciones de Osorno, Entre Lagos, Río Bueno y la zona.

Sus letras, incluidas en el nuevo disco, hablan «principalmente de problemas sociales, problemas generales. Tiene temas dedicados a actividades que se generan en Osorno. Tiene un tema que se llama ‘A mano y sin permiso’, que va dedicado a la misma actividad que se hace en Rahue Alto, impulsada por el colectivo La Pobla. Entonces en el disco viene ese regalito para recordar esa actividad que ojalá se recupere pronto», cuenta el vocalista. 

El orgullo de ser de población es una de las máximas de la agrupación, para lo que trabajan en levantar una escena con orígenes similares, dentro y fuera de Osorno. «Tratamos como de abarcar dentro de la organización de las tocatas, bandas de afuera. Entonces vamos generando lazos con La Unión, con los chicos de Identidad Propia, los chicos de Puerto Montt. No solamente con bandas de ska, igual con bandas de punk, de hardcore, que igual están dentro de la escena que queremos sacar a flote», expone Mati.

A la hora de definir esa escena, Janito enfatiza: «De la pobla al under y del under al mundo, así se puede decir. El ska, el punk o el hardcore siempre son géneros, se puede decir, de submundo, subcultura, y por ende cuesta mucho más visibilizar. En Osorno todos los artistas se conocen, se juntan todos, arman tocatas entre todos».

Colaboración

A pesar de este espíritu de autogestión y del ‘hazlo tú mismo’, desde Kombo Negro Ska no se niegan a participar en actividades impulsadas por la institucionalidad. Eso sí, «siempre y cuando respeten nuestra postura y la entrega del arte. Qué quieren del artista o qué quieren visualizar o hasta qué punto te dejan mostrar ese tipo de entrega», dice Janito.

«Hemos estado involucrados en proyectos donde hemos tenido que hacer clases, ya sea de instrumentos o conversatorios.  El respaldo institucional debería ser la entrega de espacios, que es lo que actualmente nos hace falta. Sobretodo para llegar a otro tipo de generaciones, porque al final igual después van a salir con algo de nuestra semilla», agrega Mati.

Por ahora, destacan el trabajo que están realizando diversas agrupaciones culturales de la ciudad. «Admiramos harto su trabajo desde el punto de vista organizativo y cómo ellos apoyan a los artistas locales, todas las multidisciplinas artísticas que se pueden dar en Osorno. Estamos abiertos a trabajar con ellos, tenemos amigos ahí», plantea el guitarrista fundador.

Para Mati, esa colaboración «por lo menos a mí me hace feliz, yo creo que a la banda igual, porque lo sentimos igual. Entonces, cuando nos dicen, ‘cabros, lo invitamos a tocar a cierto espacio, lo organiza tal agrupación’, igual es bacán. Ahí se ve que los cabros están apoyando y están dando espacio a muchos artistas en Osorno».

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Construir el camino

Ninguno de los músicos de Kombo Negro Ska se dedica al cien por ciento a la música, como la mayoría de sus pares locales. Sin embargo, entregarle todo su tiempo a la banda o los proyectos musicales «es el sueño de todos los pibes», cree Janito. «Varios de los chiquillos han manifestado el interés de dedicarse por completo a la música», argumenta. 

Mati asiente y confirma que «es un objetivo que personalmente a uno lo ilusiona harto. Como músico sería bacán trabajar en lo que a uno le gusta. Sin embargo, a pasar de los años y de las experiencias que hemos tenido, uno se da cuenta que no es simplemente dar un paso. Sino que hay que esperar, hay que ser metódico, hay que estudiar, hay que disciplinarse. Hay que construir el camino». Un camino difícil, coinciden ambos músicos, pero que por el momento «estamos disfrutando. El sueño se va a construir. Se debe construir, yo creo», manifiesta Alejandro. 

En ese sentido, también proyectan, gracias al trabajo de autoproducción musical, ser un apoyo para otras bandas. «Bandas que no tengan como los recursos para tener un estudio. Es un proyecto que tenemos», desliza Mati. Su compañero profundiza: «Que toda la persona que quiera aprender a grabar nos escriba, toda la persona que quiera trabajar con nosotros. Es lo máximo en que podemos contribuir de cierta forma entre colegas y yo creo que esa es la mano de todo si estamos en esta volá«.

Deber de aportar

La información y los conocimientos adquiridos se deben compartir, precisan los músicos de Kombo Negro Ska. «O sea, hermano, tú quieres grabar con nosotros o quieres grabar o aprender, esto es lo máximo que podemos enseñar o colaborar dentro de todo este mundo inmenso de la grabación. Ahí tú ocupas esos recursos y ves qué sonido le das a tu trabajo o sigues escalando, eso es nuestro aporte», afirma el vocalista. 

Lo bueno de esto, para el trompetista es «que siempre van saliendo chicos y chicas nuevas en la música, de todo. Y gente que no tiene las herramientas para poder grabar, creo que Kombo Negro Ska está destinado  a tener el deber y la gracia de ofrecerle este espacio y estas herramientas. Queremos que ellos puedan tener su música y aportar en ello».

Según cuenta Janito, esa posición dentro de la banda se debe al contexto y la escuela musical de donde provienen. «Hay otros que igual hacen esa pega o han hecho esa pega y nosotros no. Nosotros aprendimos porque venimos de la escena y la escena se movía así cuando nosotros recién nacimos. Entonces quedamos con eso impregnado así. La colaboración entre bandas o que colectivos graben, venimos de ese ambiente», precisa. 

Confiesan que están pensando en todo, desde su posición actual. Desean seguir abriendo el espectro artístico del mundo underground que pretenden abarcar. Grabaciones, talleres, lanzamientos de discos, conversatorios, son parte de los planes que tienen para entregar al resto de la escena. Al fin y al cabo, la escena es la misma y solo se diferencian por estilos musicales. Seguir nutriendo lo que han ayudado a construir, es su deber, plantean.

Perseverancia y amor

Ocho años han pasado desde que Kombo Negro Ska comenzó como banda y eso ha dejado enseñanzas en cada integrante. Ante eso, Alejandro recomienda a las y los nuevos músicos que quieran elegir ese camino que trabajen su «perseverancia, optimismo y el escuchar a tu conciencia. El mundo del músico que toca en solitario, tanto como participante en banda, es complejo, pero es hermoso. El artista, primero tiene que formarse, ejecutar, y luego ya viene la introspección creativa. Y esa weá, cuando la descubran, les va a dejar la cagá en la cabeza, así que denle con todo».

Mati sugiere «darle cuerda suelta no más a las ideas. Ser perseverante, ser disciplinado, igual ayuda a caleta, a pesar de que es un trabajo, a veces, agotador. Pero es una cosa que después tiene una recompensa enorme. Se vuelve más difícil cuando uno es autodidacta. Así que si estás por ese camino, dale no más, porque las caídas duelen, pero uno se vuelve a parar. ‘Hazlo tú mismo’ como bandera».

Además, aprovechan de agradecer al fiel público «que nos ha apañado siempre. Es bonito verlos ahí abajo, siempre apañando. Sí, y sobre todo, igual es bonito ver a las generaciones que han pasado por ahí. Por ejemplo, gente que ha tenido la transición de la media a la universidad y aún nos siguen escuchando. Es bonito ver gente que está ahí fiel», dice Mati. Mientras que Janito admite que «echamos de menos a harta gente también»,

El vocalista cierra adelantando que de aquí en más se vienen shows que tendrán su total entrega «con amor. Porque uno lucha con amor. El amor es pelear. El amor a la libertad. El amor a resistir».

Y así, resistiendo, lo hicieron ellos mismos. Ya pueden saberlo en el resto del mundo.

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