Homónima: la obra teatral que narra la dictadura en cantos de aves sureñas
Camila Bustos de Osorno, Macarena González y Miguel Reyes de Puerto Montt y María Teresa Rodríguez de Castro, Chiloé, conforman la compañía La Décima Teatro. Este domingo 10 de septiembre a las 17:30 hrs, junto a la fundación Territorio Teatral, presentarán por primera vez en Osorno la obra “Homónima”. La entrada será liberada y la función se realizará en la sala Rubén Pacheco del Centro Cultural de Osorno, en Manuel Antonio Matta 556. En tanto, el sábado 9 de septiembre se presentarán en la sala CAMM de Puerto Varas a las 20 horas. La entrada cuesta $6.000.
Homónima es una obra teatral sobre cómo se vivió la dictadura cívico militar en el territorio de la actual región de Los Lagos. La obra «trata sobre la memoria, a través de la metáfora del sur y las aves. La memoria se vuelve un espacio difuso donde se mezclan y entrelazan para volver a contar una historia», según sus creadoras. A cargo de escribir Homónima estuvieron las actrices y dramaturgas Camila Bustos (26) y Macarena González.
«Homónima surge porque sentíamos la necesidad de poner temáticas que ya han sido dichas, pero siempre desde la mirada centralista. Siempre, cuando hablamos de la dictadura o de la memoria, está enfocado en lo que sucedió en la capital, en Santiago. Entonces, cuando nos enfrentamos a hablar del territorio y la memoria, nos preguntábamos ¿cómo sucedió acá? ¿Qué pasó acá? ¿Cómo sería toda esta historia en torno a la dictadura influenciada por lo que es la vida sureña?», cuenta Bustos a El Sureño.
Convocatoria
La Décima Teatro nació luego de que sus cuatro integrantes fueran convocados por separado el año 2021 por Territorio Teatral y Teatro La Memoria. El proyecto Mirada Regional convocaban actores y actrices o compañías para hacer un acompañamiento con Rodrigo Pérez y Alfredo Castro. «Ahí se nos convoca desde el territorio a cada uno de nosotros, en sus distintas localidades. Era para, a través de la virtualidad, trabajar un proceso creativo que se esperaba se estrenara virtualmente. El acompañamiento de nuestra compañía lo tuvimos con Alfredo Castro», recuerda Camila Bustos.
Sin embargo, el entusiasmo de estos cuatro actores y actrices de la región los llevó más allá del objetivo de aquel proyecto. «Luego seguimos solos y decidimos que la obra no se estrenara virtual, sino que aplazar el proceso de creación y terminar con un estreno presencial. Todo esto todavía con la pandemia bien encima, pero terminar estrenando en junio del 2022, un año después. Estrenamos en Puerto Montt, en el espacio Flor de Agua y en Castro en el espacio Casa Mica. Esto fue gracias a la gestión de algunos miembros de la compañía y de Territorio Teatral que nos acompañó», relata.
Luego comenzó la circulación de la obra por diferentes localidades. «Esta vendría siendo, si no me equivoco, la novena o la décima función de la obra, lo cual es muy bueno. Cuesta hacer que las obras circulen acá en el sur de Chile, es un número bastante motivador para nosotras. En enero postulamos al Festival Nuevas Creaciones que se realiza en Puerto Montt. Llegamos, presentamos la obra y ganamos ese festival, lo que nos permitió tener funciones en los Temporales Teatrales», apunta la actriz.
Las propias historias
Para quienes no vivimos la dictadura militar, o nacimos después del 90, es difícil comprender la magnitud del terror que se vivió durante esos diecisiete años. Un primer acercamiento a esa época, para muchos, son las historias familiares. Así sucedió en La Décima Teatro. «Cada uno ya traía historias consigo de las propias familias. Por ejemplo, en el caso mío, de Macarena, de Miguel, traíamos historias de nuestros padres y abuelos que habían vivido la dictadura acá en el sur de Chile. En el caso de Maite también tenía la historia de sus vecinos que habían habitado el sur en esa época», cuenta Bustos.
Esas historias se entremezclarían al momento de sentarse a imaginar el mundo posible entre diálogos, silencios, entradas y salidas de personajes que dan forma a Homónima. «Cómo las aves, por ejemplo, aparecen a partir de que nos dimos cuenta de que nuestras abuelas hablan mucho con los pájaros. Llega un pájaro en específico afuera que viene a anunciarte algo malo. Todos tenemos en la memoria algún punto a la abuela echándolo o anunciando algo. Entonces desde ahí empezamos a encontrar puntos en común que nos orientaron hacia la dramaturgia de la obra», explica sobre el proceso.
El Teatro de La Memoria de Santiago fue el encargado, a través de sus miembros, de orientar teóricamente el abordaje del proceso creativo a la compañía. «A través de una creación colectiva lanzamos todo el contenido que teníamos y fuimos tomando ciertos roles. Macarena y yo asumimos ese lugar de dramaturgas. Todos en algún momento terminamos dirigiendo mientras los otros actuábamos. Nos juntábamos, por ejemplo, en un mes dos fines de semana, dos días. Eran ensayos completos de esta manera de crear. Está el texto, lo ponemos en escena, vamos investigando, vamos zanjando qué funciona y qué no. Así avanzamos hasta llegar al estreno. Esa fue nuestra metodología», señala la actriz.
Actuar en el sur
Camila Bustos comenta que la compañía a cargo de Homónima se proyecta para nuevos procesos de creación, además de seguir circulando con la obra. «Estamos, en primer lugar, asombrados de que cuatro personas de distintos lugares puedan funcionar como compañía. Que hayamos podido circular de tantas maneras, así que estamos muy esperanzados en poder iniciar otro proceso de creación. Queremos seguir trabajando la memoria y la territorialidad del sur de Chile. Como actores sureños creemos que es importante visibilizar las historias que acontecen acá», plantea.
También expone que, particularmente en Osorno, el teatro está alcanzando nuevos espacios. «Siempre es difícil acceder a estos espacios como el Teatro Municipal o salas de teatro. Pero creo que después de pandemia viene un estallido cultural importante que está siendo representado en su mayoría por jóvenes. Creo que antes no pasaba mucho, los exponentes que habían antes en el teatro se mantuvieron vigentes por muchos años hasta el día de hoy. Permitieron un piso para que esta explosión cultural se dé, pero la vida cultural en Osorno está agarrando cada vez más fuerza», agrega.
Bustos destaca que «hay nuevas organizaciones que están moviendo nuevos lenguajes teatrales. Quizás no estamos hablando mucho de obra teatral, pero sí de performance dentro de la juventud. Eso es muy interesante, porque son movimientos que hace tiempo no se veían en Osorno. Asimismo, las agrupaciones que vienen trabajando hace más de 10 años siguen estando vigentes y firmes. Eso es interesante, porque posterior a la pandemia vino un declive a nivel nacional, cultural. Que eso acá en Osorno persista es una gran señal de cómo se está moviendo y cómo la ciudad empieza a exigir más instancias culturales abiertas a la comunidad».
El teatro como medio de crecimiento
Camila bustos hace clases y talleres de teatro a personas de todas las edades. Desde nóveles escolares de pre kinder hasta experimentados adultos mayores. «Por lo que me comentan las compañeras de la compañía, que también hacen clases, existe mucho interés por hacer teatro, actuar, moverse y aprender. Nos toca a nosotras empezar a dialogar con la nueva tecnología, con las nuevas formas de comunicarse que es TikTok, Instagram y utilizarlo a favor. No porque la escena teatral se vaya a volver un TikTok, pero sí hay cierta música, formas de dialogar o conceptos que están de moda», dice.
Y añade que es fundamental «empezar a utilizarlos, porque si no nos va a pasar eso, que muchas veces la juventud critica, que la sociedad la terminan moviendo las personas que son mayores. Que en el fondo están obsoletas y arraigadas en su forma de pensar. Entonces yo creo que como teatristas siempre tenemos que tener la apertura de ir dialogando con las nuevas cosas que van saliendo. Tampoco abandonar lo antiguo, pero hacerlos dialogar a partir de los intereses y la cultura en común».
La autora de Homónima ve mucho potencial en la ciudad. «Es maravilloso ver tanto a la juventud, niños y niñas que quieren hacer teatro. Algunos llegan porque necesitan aprender a comunicarse, porque son demasiado tímidos, porque la pasan mal hablando frente a las personas. Hay otros que llegan porque les apasiona la idea de poder interpretar otros personajes, otros roles. Es maravilloso también que las artes en general nos permitan esta versatilidad, no solo que sea con el fin de que tú actúes y hagas algo. Que siempre sea con el fin de poder crecer, desarrollarnos, encontrarnos a través del arte», reflexiona.