Patines Zona Sur: la escuela de patinaje en Osorno para todos y todas

Paulina Ulloa y Yovanny Ojeda son los instructores a cargo de la escuela de patinaje Patines Zona Sur de Osorno. Ambos jóvenes son patinadores con más de una década de experiencia y que desde 2021 comenzaron con este proyecto. Desde octubre hasta marzo del año siguiente, se desarrolla la temporada en la escuela, los días domingo. El reciente domingo 6 de octubre se vivió la primera clase del 2024/2025, para la modalidad adultos y también para niños y niñas. Las clases se llevan a cabo en la pista del Parque Chuyaca.

En ese contexto, Paulina Ulloa comentó a El Sureño que entre ambos han «ido aprendiendo y creciendo como equipo para formar la escuela de patinaje en Osorno. Es tanto para la gente que nunca se ha subido a los patines, adultos y niños, y para la gente que ya sabe, pero necesita tomar un poquito más de confianza. Lo hacen para salir a las calles, pasar obstáculos, entre esas cosas».

Con la pandemia comenzando a vivir sus últimos meses de mayor actividad, Ulloa y Ojeda frecuentaban la pista de patinaje del Parque Chuyaca. Allí dedicaban tiempo a su afición por los rollers. De hecho, ambos también forman parte de Osorno Rollers, la comunidad de patinadores de la ciudad. En esos momentos se dieron cuenta de que había un boom de patinadores en Osorno, aunque muchos sin mayor experiencia. Fue natural que comenzaran a enseñar a las personas que más les costaba.

Aprendizaje progresivo

Así fue como ambos patinadores comenzaron a realizar algunas clases específicas de la especialidad. «Empezamos de a poco a hacer clases sueltas, así como ‘ya, vamos a hacer tal día una clase, y que llegue gente’. Y lo hacíamos solamente de slalom, que es una disciplina a través de los conos, después solamente de salto, y así. Entonces llegaba gente que no sabía patinar y quería practicar salto. Ahí dijimos ‘está faltando un poquito más de práctica antes de hacer este tipo de clase’ y decidimos reorganizar», dijo Paulina.

Considerando la gran cantidad de personas que querían aprender, decidieron hacer las clases generales, en un formato progresivo. «Como había tanto adulto que quería participar, muchas veces eran algo tímidos. Pensaban ‘ya estoy muy grande, tengo mucha edad, me puedo caer, me puedo quebrar’. Son cosas que sí pueden pasar, pero cuando uno le va enseñando, por lo general no sucede. Aquí nunca se nos ha lesionado alguien, porque somos muy progresivos en el aprendizaje», explicó la instructora.

Decidieron crear distintos niveles desde lo básico hasta lo avanzado. Así se formó la escuela de patinaje Patines Zona Sur en Osorno. «Empezó a crecer el mundo del patinaje en Osorno, porque antes éramos muy poquitos. Con la escuela empezó a crecer, empezamos a organizarnos haciendo clases como programa mensual. Las empezamos a hacer solamente los domingos o los sábados, dependiendo del clima. Cuatro domingos de una hora intensivos», contó.

Categorías

A la fecha, según los cálculos de ambos profesores, unas cien personas en Osorno, entre adultos y niños, han pasado por su escuela de patinaje. «Tenemos las categorías niño y adulto. Dentro de ellos tenemos las divisiones. Están los principiantes, que son los que nunca se han subido a un patín. Están los iniciales, que ya saben desplazarse, pero avanzan y nada más. Porque patinar es más que avanzar. Para un principiante puede ser muy peligroso agarrar vuelo en una cuesta. Después tenemos el nivel intermedio, que ya es pasar obstáculos, hacer giros, cambiar de dirección rápidamente. Y después tenemos el nivel avanzado. Eso es salto, patinar para atrás, hacer distintos tipos de movimientos sobre los patines con mayor seguridad», indicó Paulina.

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Así han llegado a completar los cuarenta cupos por clase que tienen como límite. La idea es lograr hacer un proceso semi personalizado. «Para la gente que está recién aprendiendo necesitamos tener esa cercanía para que no se vayan a caer. El sistema es semi personalizado ya que nosotros empezamos con los ejercicios, dejamos la rutina realizada, y hay gente que le cuesta más. Con Yovanny nos acercamos, le damos la mano, empezamos a ver en qué está flaqueando. Puede ser en sacar los tobillos hacia afuera, flectar más las rodillas, mantener las posiciones de los brazos de una cierta manera, etc. Así ellos van mejorando», relató.

«A los que les cuesta más le tenemos que ir mejorando ciertas cosas que todavía no han podido desbloquear de cierta manera. Entonces, al ser semi personalizado, estamos viendo quién es el que le cuesta más para poder enseñarle y ayudarle. Ahí logramos que la persona pueda hacer lo que estamos pidiendo para que se saque ese miedo de hacer algo nuevo arriba de los patines», añadió. La recomendación que realizan es que durante la semana los alumnos sigan practicando, idealmente en la pista del Parque Chuyaca. Su barrera de contención ayuda a la seguridad de quienes lleguen a patinar ahí.

Más detalles

Para asistir a la escuela de patinaje Patines Zonar Sur de Osorno hay que tener, al menos, seis años de edad. Hacia arriba no hay límite etario, explicaron los instructores.»Este deporte, una vez que uno empieza a practicarlo y además te están enseñando, demoras cerca de un mes en estar desplazándote arriba de los patines con mucha seguridad. Yo voy haciendo videos de las clases para que ellos vean cómo están patinando. Tenemos un grupo de WhatsApp donde están todos los alumnos inscritos. Entonces, ellos van viendo cómo van patinando y van mejorando también», señaló Paulina.

Es así como las y los aprendices de los rollers van avanzando dentro de la misma temporada en sus nivelaciones. «Los vamos subiendo dependiendo de cómo lo vemos nosotros. Si lo vemos que todavía están en principiante y pasó un mes y después siguen con inseguridad, les preguntamos si quieren seguir ahí. Por lo general dicen que sí, porque se sienten inseguros. Después pasan dos meses, se sienten más seguros y recién pasan a intermedio. Les vamos recomendando la decisión», apuntó.

La mensualidad de la escuela de patinaje Patines Zona Sur Osorno cuesta  $25.000 por los cuatro domingos. Por lo general, las clases se realizan por la mañana con una hora de duración aproximada. «Lo hacemos en la mañana porque la gente después tiene cosas que hacer en la tarde. Entonces la idea es que participe la máxima gente posible. También tenemos la clase suelta que vale $8.000. Si uno quiere venir como a intrusear, a ver si me gusta o no, eso vale$8.000. Por lo general se terminan inscribiendo igual», agregó la instructora. Cabe señalar que Paulina se capacitó en ese rol este verano con la destacada patinadora profesional española Miriam Fatmi.

Invitación

Paulina Ulloa invitó a todas las personas interesadas en aprender a patinar en Osorno y alrededores a que se acerquen a su escuela de patinaje. Los pueden encontrar a través de Instagram en @patines_zonasur e inscribirse o hacer consultas. Muchos de sus antiguos alumnos forman parte de la comunidad roller de Osorno en la actualidad. Con ellos siguen luchando por poder acceder a espacios dignos durante los inviernos. Eso sí, la patinadora destacó el buen nivel que hay en algunas calles y ciclovías de la ciudad para poder desplazarse. Mackenna o el Parque Bellavista son ejemplos de eso.

«Hay varios alumnos que han pasado, que se compran los patines y empiezan sin saber nada. Y después los ves aquí patinando, saliendo a las rutas nocturnas de repente, participando de nuestras actividades. Porque nosotros, al ser una comunidad de patinaje -hablo de Osorno Roller- hacemos actividades también. Para la Pascua del Conejo salimos a repartir huevitos, para la Navidad salimos disfrazados a repartir dulces, para Halloween también. Entonces ellos también se van sumando a esa actividad y va creciendo la comunidad roller en Osorno», contó.

Las ventajas de andar en roller, para Paulina Ulloa son tres, principalmente. «Ayuda a la salud física, porque trabajas piernas, trabajas espaldas, trabajas brazos, rodillas, trabajas el cuerpo completo. También en el transporte, ahora que ya empiezan los días bonitos, Osorno tiene muy buenas calles. No todas, pero la mayoría son muy buenas calles para patinar. Y también el tema de la salud mental. Al ser un deporte que requiere tanta concentración, te despeja mucho la mente. Conoces gente buena onda, el ambiente es súper grato, lo pasamos bien, nos reímos. Muchos alumnos me han comentado que desde que empezaron a patinar se han sentido más felices. A mí eso es algo que me llena mucho», cerró.