El Hombre que contaba historias. Por Gonzalo Olave
Hola, soy Gonzalo Olave, me dedico a contar historias a viva voz. Me he puesto la tarea de traerles un cuento cada mes. Aquí les va el primero.
Había una vez un hombre, que una mañana, se paró en el centro de la plaza principal de su pueblo a contar historias. Al comienzo unas pocas personas se detenían a escucharlo, pero con el paso de los días y los meses, se hizo muy popular, tanto así, que gente de todo el mundo pasaba a presenciar el espectáculo. Hay que entender, alguien que cuenta historias exquisitas sin parar llega a ser algo muy atractivo. Pero como dice el dicho, todo lo que sube tiene que bajar, y así fue con la popularidad de nuestro contador de historias. Al cabo de un par de años se le veía solo en el centro de la plaza, literalmente contándose historias para sí mismo. Un día, porque en los cuentos siempre hay un día donde ocurren cosas extraordinarias, un niño que pasaba cerca de él, le preguntó ¿Por qué sigues contando historias si ya nadie te escucha? A lo que le respondió, comencé a contar historias para cambiar el mundo y ahora también cuento historias, para que el mundo no me cambie mi.
Este cuento lo escuché por primera vez a la narradora Chilena Francesa Coté Rivara. Ella lo escuchó de boca de otro narrador, que no recuerda, en un festival en Francia, muchos años antes de que ella fuese francesa. En su versión el hombre, un día de la nada, comienza a vomitar literalmente palabras. Me acabo de dar cuenta que edulcoré un poco el cuento al sacarle ese inicio.
Gonzalo Olave
Cuentero