[Crítica literaria] Edgar Allan Poe: la transición del tiempo psicológico. Por Pepa Durán
Este domingo se cumplen doscientos dieciséis años del nacimiento de Edgar Allan Poe: el verdadero creador, amo del terror y la fantasía, el padre del “Romanticismo oscuro”.
Si lees a Stephen King, Dean R. Koontz, Clive Barker, Peter Straub, Ramsey Campbell o James Herbert, o sigues a los más actuales como Grady Hendrix, Stephen Graham Jones, Paul Tremblay, Antonio Runa o a la mismísima diosa Mariana Henríquez, no puedes eludir a Poe porque todos ellos son sus apóstoles. Incluso si no te gusta el terror, Poe es la maestría del relato, la transformación de la lírica moderna; es quien regaló al mundo la literatura policial.
Recuerdo cuando vi que Netflix estrenaba la serie La caída de la casa Usher. Sentí un apriete en el corazón.
Porque no sabes si la idea te gusta, te aterroriza o si más bien la detestas. La antigua película al menos era de tan mala calidad visual que hasta un poco de desgano te daba ver las lágrimas de sangre de la Usher. Porque, ¿cómo pueden transformarse en imagen actual y relato moderno todas aquellas tribulaciones que se padecen por leer a Poe?
Es que a Poe no se le puede leer como a otros del terror. Poe es el terror, está en el terror, la muerte y el miedo es su definición y, sobre todo, la muerte de mujeres hermosas, de mujeres que ama, que mueren y viven una y otra vez. Porque es en la escritura donde ese delirio propio se configura a imagen y semejanza de sus deseos; ahí puede ser lúcido y aterrador, o lógicamente gélido. La narración de la muerte es en él, aunque un lánguido aniquilamiento, atractiva y majestuosa.
EL TERROR DE POE
¿Y los ambientes, escenarios, atmósferas o decorados? De una dimensión paralela.
No hay terror en otros que hacen que el agua turbia gotee incesante y perturbadoramente en grifos oxidados, que rechinan suelos de madera viejos y horrendos, que derruyen escaleras o gimotean puertas. La narrativa Poeiana tiene aquello de imaginativo, de genial, de insólito y sorprendente. Según Lovecraft, la diferencia entre él y sus predecesores estriba en que éstos habían trabajado a oscuras, sin comprender la base psicológica del atractivo del terror. Lo que parece trivial en otros escritores no lo es en Poe, en él nada es baladí, porque comprende la mecánica, lo orgánico y lo vital del miedo, porque lo analizó, lo estudió, lo descompuso y lo reinventó.
EL POZO Y EL PÉNDULO
Personalmente leí a Edgar Allan Poe desde muy pequeña. La biblioteca de mi casa tenía esa clásica colección de cuentos de cuatro tomos, negra, empastada y escrita en letras plateadas tipo Century Gothic.
Y en el primer tomo está ese cuento alucinante que marcó mi vida lectora: El pozo y el péndulo, uno de los relatos más memorables de Poe, una narración majestuosa que describe la angustiosa experiencia de un prisionero durante la Inquisición española. Atrapado en una oscura celda, el protagonista enfrenta una serie de torturas psicológicas y físicas, simbolizadas por un péndulo afilado que cae lentamente hacia él y un pozo oscuro que representa la desesperación, el pánico y la confusión de quien sabe que morirá.
A medida que el tiempo pasa experimentas junto al protagonista una creciente sensación de claustrofobia y miedo, lo acompañas mientras su mente se debate entre la locura y la esperanza de una posible salvación. Son los horrores de la mente humana trabajando en atmósferas opresivas, es la supervivencia y el poder destructivo de la tortura; un cuento donde el pánico es la transición del tiempo psicológico, de estar atrapado, acorralado entre el vacío y el corte, a la espera de ser alcanzado por el péndulo o caer al pozo.
Y
Y lo que Edgar Allan Poe hace cuando describe el movimiento del péndulo, el sonido y el tormento que produce, es un relato magistralmente inquietante, lo sientes, lo escuchas. Un cuadro descrito a la perfección, en cada oscilación nos vemos a nosotros mismos y nuestros miedos. ¿Qué hacemos? ¿Esperamos aterrados o saltamos al vacío?
Lo más alucinante: las ilustraciones, eso sí que es de locura. F.O.C Darley, el primer ilustrador de Poe, increíble.
Si te gusta el verdadero terror, no debes perdértelo. No se puede volar de este mundo sin haber leído Poe.
Por Pepa Durán, de @aqui.se.lee.
Magister en Lengua y Literatura Hispánica, Universidad de Valencia.
Magister en Educación, Universidad Católica de Chile.