[Reseña literaria] Cuchillo: sobrevivir y exorcizar. Por Pepa Durán
Cuchillo: Meditaciones tras un intento de asesinato, de Salman Rushdie.
Si buscas una fotografía de Salman Rushdie en internet, encontrarás que prácticamente en todas aparece con el ojo derecho tapado con un lente oscuro. Es una forma de esconder la principal lesión que le produjo ese momento en que vio a la muerte venir por él, según dice, anacrónicamente, no como la vio con tanta elegancia Henry James, como “esa cosa distinguida que por fin ha llegado”.
Cuchillo. Meditaciones tras un intento de asesinato es el relato del atentado que el escritor británico-estadounidense de origen indio sufrió el doce de agosto del 2022, cuando se encontraba dictando una conferencia en la Institución Chautauqua en Nueva York. Una charla que justamente trataba acerca de cómo mantener a los escritores del mundo a salvo de cualquier daño, una temática especialmente sensible para él después de que el Ayatolá Jomeini emitiera una fetua en su nombre que lo obligó a esconderse por varios años. La razón, la publicación en 1988 de su libro Los versos satánicos, en el cual, según el mundo mulsulmán, Rushdie trata sacrílegamente la figura del profeta Mahoma y, además, declara el abandono de la fe islámica.
CUCHILLADAS AL TUNTÚN
Y apenas comenzar su discurso y de un momento a otro, un sujeto corre hacia el escenario y se abalanza sobre él: “El individuo repartía cuchilladas al tuntún, clavaba y rajaba, como si el cuchillo tuviera vida propia y una idea fija”. Comienza con un golpe en la quijada, una o dos cuchilladas en el cuello, otra en la mano izquierda, en la cara, muchas en el pecho, en el muslo derecho, en el costado izquierdo de la boca y la peor, en el ojo, donde la hoja penetró hasta el nervio óptico; ese ojo no volvió a ver. Fue un ataque mortal, sin embargo, Rushdie sobrevivió.
Vi muchas listas donde Cuchillo aparece como una de las mejores lecturas del 2024. Me causó curiosidad porque es de esos libros que no imaginas populares, pero que calan, como V13 el 2023. Y curiosamente de alguna manera evocas a Carrère, sobre todo por la capacidad de hacer extraordinaria crónica de la autoficción. Estos libros penetran porque tocan cuestiones actuales, porque aunque hablan de dolor, de violencia, de ideologías, de fundamentalismos y fanatismos, también hablan de la sobrevivencia, de la esperanza, de dejar los miedos e ir por la tolerancia, la hermandad, la libertad. Estos son libros que exorcizan.
EL ASNO
En Cuchillo Rushdie escribe una extraordinaria mixtura entre literatura experiencial, crónica y memorias. Es una lectura sencilla y fácil, graciosa e irónica que te conduce por la sinuosidad del corazón y la conciencia; una pulsión ultra enérgica de las hebras con las que se teje la sensibilidad, la perceptibilidad y la comprensión de los actos más aciagos de la humanidad. Rushdie se pregunta sobre la debilidad humana y cómo los discursos radicales pueden anidar en las mentes simples el odio y la absurdidad. Es una especie de crónica personal que te permite ver las múltiples formas que adquiere la familia, el amor, la lealtad y la amistad.
Pero también es un relato sobre ese otro que es el casi homicida, el que Rushdie llama A: su Asesino, su Agresor, porque lo imagina, lo inventa, lo dice, lo invoca, lo nombra Asno y luego pide perdón: “Te plantaste delante de mí y allí estaba yo… Estaba yo y estaban también tus otras realidades, tu soledad, tus fracasos, tus desilusiones, tu necesidad de culpar a otro, tus cuatro años de adoctrinamiento, tu concepto del Enemigo”.
En Cuchillo Rushdie te regala un relato intrépido, doloroso y gracioso. Te hace transitar por un camino circular que comienza y termina en el mismo escenario; de ida envuelto en el dolor del ataque y de regreso en algo parecido a un ritual de superación: “volver a la escena del crimen y sentir que estaba allí otra vez, en pie, sano y fuerte… en el lugar donde me desplomé y estuve al borde de la muerte; allí donde la Parca me puso en su mira… y falló (por muy poco)”.
Recomiendo Cuchillo, pero también recomiendo a Salman Rushdie.
Por Pepa Durán, de @aqui.se.lee
Magister en Lengua y Literatura Hispánica, Universidad de Valencia.
Magister en Educación, Universidad Católica de Chile.