Costanera de Puerto Montt – Hernán Contreras R
Pareciera que podemos oírlo todo
y que el cielo nos escucha
Espera a que no digamos nada
y ser invisibles a quienes caminan
unos metros más atrás
Desde rocas que separan a la ciudad de las olas
el frío del viento nos acerca al fondo marino
y nos confundimos entre las sombras
de embarcaciones estacionadas
donde es una ilusión que existe tiempo para dormir
No sabemos de quién serán las primeras palabras
pero aparecerán
porque siempre hay algo que interrumpe el silencio
y mañana
será otro día de trabajo
El cielo será morado en otra tarde
cuando haya tiempo para esperar la noche
sin necesidad de imaginar
ese reemplazo en las luces
Y caer en el error de querer explicar lo que observamos
como todo paisaje o fenómeno nuevo
algo más para decir que solo un adjetivo de belleza ante un color
las aves vuelan unos metros más adelante
sobre el agua
se alejan de la ciudad
y del nuevo centro comercial de incontables pisos
hoy un símbolo que estará en las postales de la costanera
Por eso la vista en la imagen de una silueta de cormorán
cruzando en segundos las islas
en un silencio
que no es alcanzado por las luces
Desde aquí y aún sin palabras
quizás
ya sea el momento de irse
dirigir la vista a otra escena
a falta de tantos otros atardeceres.
Hernán Contreras R
Colectivo Abierto