Experta en pesquerías bentónicas destaca el papel esencial de los bosques marinos
Los bosques marinos en la Patagonia austral de Chile desempeñan un papel crucial al brindar un hábitat rico y diverso que sustenta una variedad de especies. Estos ecosistemas submarinos, dominados por algas, actúan como refugios fundamentales para numerosas especies marinas, proporcionándoles un lugar de cría, alimentación y protección contra depredadores, entre ellas, los erizos, de gran importancia para las economías locales de comunidades costeras.
Además, estos bosques marinos contribuyen al ciclo de nutrientes y a la estabilidad de las poblaciones de peces, moluscos y crustáceos, siendo esenciales para el desarrollo de comunidades costeras y la salud general de los ecosistemas marinos.
En esa línea, una referente en Chile, relacionada a las pesquerías bentónicas, quien ha monitoreado estos recursos en el ámbito nacional, es Nancy Barahona Toledo, Ingeniera de Ejecución en Pesca y Magíster en Educación Ambiental, con vasta trayectoria en investigación pesquera y dilatada experiencia en monitoreos de pesquerías bentónicas explotados por la flota artesanal en Chile y estudios biológico pesqueros.
La especialista, ha tenido una importante participación en procesos biológicos asociados a estas pesquerías y las relaciones recurso – ambiente – usuarios (pescadores artesanales), todo con el fin de aportar a la implementación de planes de manejo. Es Jefa del Departamento de Evaluación de Pesquerías del Instituto de Fomento Pesquero y miembro del Comité Científico Técnico Bentónico.
En atención al conocimiento sobre la vida y desarrollo de diversas especies marinas y su relación con los bosques marinos, la investigadora señala lo siguiente: “Numerosos organismos marinos desarrollan toda o parte de su vida en contacto con el fondo del mar. Ellos se clasifican en diversos grupos taxonómicos, tales como moluscos, equinodermos, tunicados, crustáceos, entre otros, que comprenden una alta variedad y diversidad de especies (ejemplo: loco, erizo y pulpo). Para el éxito de su vida deben buscar refugios que las alejen de los depredadores, ya sea en su estado de huevo, larva, juvenil o adulto. Así también, cuando se encuentran en etapas reproductivas. En este marco, muchas de ellas crecen en los bosques marinos o se alimentan de algas, las que pueden estar fijas a un sustrato o la deriva, siendo el erizo de mar uno de los ejemplos más característicos”.
Con relación a la importancia ecsistémica que se puede encontrar en los bosques marinos, especialmente en los huiros de los mares del sur de Chile, Nancy Barahona Toledo, señala: “Las algas son consideradas ingenieras porque tienen la capacidad de albergar a muchas especies, principalmente bentónicas (viven asociadas al sustrato), en diferentes fases de su vida y sirven como sustento alimentario y de protección a diferentes organismos, incluido peces. De allí que el cuidado de los llamados bosques marinos es muy relevante. Por otra parte, el crecimiento de las algas varía según la especie. En el caso de las algas pardas, el huiro palo (Lessonia trabeculata), que habita principalmente en la zona norte del país, presenta un lento crecimiento y, por el contrario, el huiro flotador (Macrocystis sp), cuyos principales bosques están en la zona sur – austral, crece más rápido. Lo anterior es un ejemplo de la alta variabilidad biológica que se pueden encontrar en este tipo de algas”.
Finalmente, Barahona comenta sobre los desafíos en estas materias: “La explotación de los bosques de algas, demanda un tremendo desafío dada la complejidad biológica que presenta cada una de ellas a lo largo de su distribución. Sin un manejo adecuado, no se asegura su aporte ecosistémico al ambiente marino, ya que se dificulta su conservación en el tiempo. Es en este contexto, que el mayor conocimiento sobre formas de explotación, crecimiento y recuperación de praderas de algas es fundamental, el cual es recomendable que se haga con la participación de los distintos grupos de investigadores, académicos, administradores y pescadores artesanales”.