Jaime Sáez: «el Frente Amplio debe tener sentido de época y estos son tiempos de crisis climática»
Hace algunas semanas se realizaron las elecciones internas del nuevo partido Frente Amplio, en el que se decidió la orgánica del conglomerado. Tras la fusión de Convergencia social, Revolución Democrática y Comunes, el Frente Amplio se convirtió en el partido con mayor militancia en Chile (62.000). Jaime Sáez fue electo como representante regional en el Comité Central del Frente Amplio. Además, en la Cámara es el jefe de bancada del nuevo partido.
Sáez, representante del distrito 26, es el único diputado del partido (y de la vieja alianza) que ha tenido la región de Los Lagos. En entrevista con El Sureño, Jaime Sáez comentó los que, a su juicio, son los principales desafíos del Frente Amplio. También descartó que la llegada al gobierno por parte de su sector haya sido precipitada. «Hay que hacerse cargo y hay que responsabilizarse por la vida y el proyecto político que nosotros mismos nos trazamos», declara.
¿Qué espera como representante en el Comité Central de su nuevo partido?
«Creo que estamos en un momento en el que el Frente Amplio tiene al menos dos desafíos fundamentales. Uno es su consolidación orgánica como partido y no eludir el debate de fondo que es el debate ideológico. Lo otro es enfrentar adecuadamente los desafíos electorales, las elecciones municipales y regionales de este año y la parlamentaria y presidenciales del próximo. Creo que si somos capaces de poder enfrentar ambos desafíos y eventualmente llegar a una síntesis política, vamos a a haber consolidado el proyecto político del Frente Amplio».
«Vamos a estar ante un partido que le va a dar garantías de gobernabilidad Chile a mediano y largo plazo y no hacer simplemente de este un experimento anecdótico más de la izquierda. Creo que, en la medida que nos logremos ordenar y enfrentar rápidamente con mucha fuerza los desafíos electorales, y si a eso le agregamos poder encaminar un congreso ideológico, no eludir las discusiones, vamos a estar, sin lugar a dudas, ante un partido que va a ser capaz de marcar agenda y vanguardia para la izquierda latinoamericana».
Y ¿cómo se aúnan posiciones ideológicas tras unir partidos con algunas pequeñas diferencias?
«Son pequeñas diferencias y que cuando éramos más jóvenes parecían irreconciliables, pero que con el correr del tiempo nos fueron encaminando a compartir un proyecto político. Desde la candidatura de Beatriz Sánchez (2013), la primera bancada parlamentaria, las primeras alcaldías, hasta llevar adelante el ejercicio de ser gobierno. Hay ahí un camino de haber comprendido que requerimos la mayor unidad posible. Esto, para poder enfrentar a fuerzas históricamente en Chile han sido hegemónicas y que la ejercen a través de un poder fáctico que es el poder económico. El lazo atávico que tienen con la derecha y la extrema derecha está ahí permanentemente, son refractarios de los cambios».
«Basta ver todas las demandas que se enarbolaron en el contexto de la revuelta de octubre de 2019, que se resumían en dignidad. Todos estos compromisos que hicieron los máximo líderes empresariales, bueno, ¿dónde está ese compromiso hoy día? Una reforma tributaria que votaron en contra, un pacto fiscal donde se niegan a los más mínimos avances. Una reforma de pensiones donde la mezquindad y el fanatismo con un modelo nublan todo el debate. El compromiso económico que tienen con quienes sostienen ese modelo. Ante eso, la respuesta que tenemos que dar, y yo creo que bien lo decía Noam Titelman en su libro, es la unidad. Ahora, esa unidad no puede ser porque sí, ni a propósito de una de una elección únicamente, me parece que el país necesita de una gran coalición de centro izquierda que sea capaz de darle gobernabilidad a Chile».
«Alguien podrá decir que es como una nueva Concertación, no con ese nombre ni con esa misma épica, ni sentido de poder y de Estado. Tenemos que responder a nuestros propios tiempos. Los tiempos de la Concertación fueron de la transición democrática post dictadura. Nosotros estamos enfrentando los tiempos de la crisis climática. Este partido tiene que tener sentido de época y eso es parte de lo que tenemos que discutir. Y eso, no buscando encontrar ciertas verdades reveladas como mantras que ha repetido la izquierda históricamente. Yo creo que un proyecto socialista en el siglo XXI tiene que enarbolar las banderas de la crisis climática que está en todos los frentes».
Y ese sentido de época ¿cree que le hace sentido también a los votantes o a la gente que busca sentirse representada por partidos políticos?
«No les hace sentido, porque hoy día a la gente le importa el bolsillo y así viene siendo desde la dictadura hasta esta parte. Quizás de antes igual, pero se ha exacerbado el modelo neoliberal en Chile, se exacerba el individualismo, el materialismo, el exitismo. Puede ser impopular, pero si uno ve, muchas veces, la narrativa y la estética de la música urbana es un código que está muy vinculado al tener, a lo material, al consumo. Yo creo que esa es una cuestión que tiene que estar en cuestionamiento en esta época, porque es el sobre consumo lo que tiene el planeta hecho bolsa. Sobre eso es de lo que tenemos que hacernos cargo».
«Creo que no es fácil, que ideas como esta permee en la mayoría de los votantes. El resultado del plebiscito del 4 de septiembre (2022) es súper elocuente y demoledor en ese sentido. La mayoría del electorado le preocupan cosas mucho más del día a día y el día a día es tan complejo de sobrellevar. Es casi imposible muchas veces poder visualizar escenarios que estén mucho más allá en el tiempo. Pero, y acá está lo importante del asunto, esos escenarios que están más allá en el tiempo no es que estén 100 años más. Sino que están un año más adelante, seis meses más adelante. Se llaman mega incendios, inundaciones, se llaman socavones, se llama migración descontrolada y todo lo que eso ha conllevado».
«La inestabilidad, la violencia, el alza del crimen no es sólo una cuestión exclusiva de nuestro país, es un fenómeno global, regional, a nivel latinoamericano. También tiene que ser problematizado por otras fuerzas progresistas a nivel regional. No puede ser solamente que un país pequeño al final del mundo esté tratando de de batallar contra monstruos sin que exista una coordinación entre gobiernos. Yo no pierdo la esperanza de que los gobiernos sudamericanos se pudieran coordinar para beneficio de la población. Este continente tiene un enorme potencial, dentro de todo es un continente de paz en un contexto de guerra a nivel mundial. Desde acá podemos pensar en en soluciones a problemas que son del planeta entero».
¿Fue precipitada la llegada del Frente Amplio al gobierno?
«Creo que uno también es preso sus circunstancias y cada persona responde a las condiciones de vida y a los entornos del que te toca desenvolverte. A nuestra generación le tocó gatillar procesos a partir del 2011 con el movimiento estudiantil. Esta generación tuvo una particularidad, veníamos de quince o veinte años del ‘no estoy ni ahí’. Los jóvenes se excluían de la política y los resultados fueron catastróficos. Esta generación, que es la mía, recupera la posibilidad de tomarse los espacios políticos y de resignificar la política. Esto, como una forma de poder cambiar las cosas, de mover el cerco de lo posible. Yo creo que ahí hay un mérito grande».
«Pasan cosas entre medio, el estallido, sin duda, la pandemia y hay que hacerse cargo. Hay que responsabilizarse por la vida y el proyecto político que nosotros mismos nos trazamos. Quizás fue a una edad muy temprana y sin mucha conciencia de las repercusiones que podía tener. Lo que sí, sin duda, creo que el ejercicio de ser Gobierno ha sido mucho más complejo de lo que se podía prever al principio. Nadie pensaba que esto iba a ser fácil, en ningún caso, pero probablemente nadie se imaginaba que iba a ser tan terriblemente complejo. Que íbamos de que enfrentar tantas decisiones tan difíciles y un ejemplo de ello es este relato de la normalización del país. La inflación disminuyó, no hay una sensación de emergencia como durante la pandemia y hay una normalidad. Esa es la normalidad que hizo crisis el año 2019».
«Si yo fuera un niño que ve con mucha esperanza lo que está pasando, uno se imagina que llega al gobierno y las cosas van a cambiar al día siguiente. Lamentablemente la realidad no es esa y yo creo que hay ahí también un aprendizaje que a nosotros nos va a servir muchísimo de cara al futuro. Debemos ser capaces de comprender de que para poder transformar primero hay que sentar las bases de esa transformación. Muchas veces esas bases son menos ambiciosas de lo que uno se imagina. Es duro de asumir, pero seguimos siendo un país pobre en cuanto a recursos todavía. Por eso recaudar más es tan importante, por eso que los ricos paguen los impuestos es tan importante. De lo contrario, este país nunca va a poder abordar de verdad las listas de espera, ni poder entregar pensiones dignas a sus mayores».
Respecto a la fallida reforma tributaria y el Pacto Fiscal ¿cómo se puede lograr dialogar en esta oportunidad con los sectores que han rechazado siquiera legislar?
Yo creo que la gente que aspira a ganar las elecciones presidenciales entiende que este es un problema que hay que solucionar. Si yo fuera candidato presidencial me gustaría que mi antecesor me lo deje más o menos resuelto, o a lo menos ordenado. Por ejemplo, el problema con las pensiones, en la medida que dejamos pasar el tiempo se va a agigantar. Hace unas semanas aprobamos la Ley de Responsabilidad Fiscal. Para decirlo de manera sencilla, ningún gobierno se puede arrancar con la moto y empezar a gastar más de lo que son los ingresos que tiene el país. Tampoco nos pueden endeudar más allá de cierto umbral».
«Si es que logramos estos otros avances como una reforma de las pensiones que sea decente, vamos a poder garantizar que esa reforma tenga el financiamiento que corresponde. Eso le va a dar seguridad y tranquilidad una parte importante de la población. Va a permitir que en el próximo gobierno, ni siquiera en veinte años más, en dos o tres años más, haya que hacer una nueva reforma para poder arreglar lo que ahora no pudimos arreglar por la mezquindad de la derecha, básicamente».
«Necesitamos más plata y para tener más recursos es necesario tener mayor recaudación tributaria, pero también es importante crecer económicamente. Hay que dinamizar inversiones y ahí yo creo que desde la perspectiva ecológica es bien importante que podamos alcanzar algún grado de consenso. Esto, respecto de qué es lo que vamos a sacrificar en favor del bienestar de la mayoría de la población. Creo que esa pregunta no ha estado planteada con suficiente transparencia y por lo tanto no hay respuesta todavía. Por eso es que cada proyecto de gran inversión en materia energética, de la industria salmonera y otras acá en el sur genera sospecha. Hay mucha opacidad al respecto y genera conflictividad, algidez social».
¿A qué temas se le darán prioridad como bancada en lo que queda de período legislativo?
«Hemos tratado de cumplir lo más posible el programa de gobierno y vamos a seguir con ese empeño. Las prioridades políticas van a estar definidas principalmente por avanzar en una reforma a la salud. Ese es un aspecto que quedó contenido en la Ley Corta de Isapres. Hay un mandato legal que implica que el gobierno tiene que presentar un proyecto de reforma a la salud. Poder incidir en una reforma estructural en salud es súper importante, porque eso termina salvando y mejorando la calidad de vida de nuestra población. Avanzar un Seguro Único de Salud. La situación da pie para pensar que ese es el camino y que los privados puedan actuar como aseguradoras».
«Hay otros temas como la deuda educativa, lo que la prensa ha catalogado como la condonación del CAE. Es mucho más que eso, en realidad es la discusión sustantiva que está pendiente en Chile respecto al financiamiento de la educación superior. Cómo hacemos para que sobre todo las universidades públicas y también universidades que son privadas pero con sentido público como la Universidad Austral de Chile o la Federico Santa María, por ejemplo, sean sostenibles financieramente. Que sigan entregando la educación de calidad y la excelencia académica que siempre les ha caracterizado y que al mismo tiempo puedan apuntalar la investigación, el desarrollo, la innovación, con una comunidad científica cada vez más grande y con emprendedores y startups también que están creciendo en todo Chile».
¿Desde donde se aborda la seguridad en el Frente Amplio?
«Nosotros hemos hecho propuestas concretas y, me parece, certeras, donde no hemos sido atendidos adecuadamente por el propio Gobierno. Una de ellas es el control de armas. Hemos presentado proyectos de ley en relación a eso y el avance que esa discusión ha tenido no es el que nosotros deseamos. Queremos que eso se acelere. Estos últimos acontecimientos de extrema violencia asociado a balas con muerte de menores de edad demuestra que hay que tener una normativa mucho más férrea en cuanto al control. Hay que fiscalizar mucho más a las mismas policías que son las que están haciendo incautando armas. Se debe tener mucho más control dentro de las Fuerzas Armadas. Desde ahí se pierde armamento y eso no puede ser, eso no es aceptable».
«Junto con ello, la ley de inteligencia económica que está en el Senado y que tiene que avanzar. Está el levantamiento del secreto bancario asociado a la Unidad de Análisis Financiero. El otro secreto bancario que pretendemos levantar está asociado a Impuestos Internos cuando hay indicios de evasión o de elusión tributaria. Está el fortalecimiento del Servicio de Aduanas para poder perseguir lo que se denomina la ruta del dinero. Creo que es la principal arma que tenemos para poder desarticular a las redes de crimen organizado que están operando actualmente en Chile».
«Cuando uno tiene una derecha que está más empecinada en hacer Acusaciones Constitucionales, en pedir renuncias en lugar de proponer, es brutal. Ellos han sido gobierno y a ellos se les fue de las manos el asunto. Que vengan ahora, simplemente a pedir renuncias sin proponer nada de vuelta, me parece que es de un nivel de caradura que que no resiste mayor análisis».
En cuanto a la nueva ley del Internet como servicio básico, ¿qué importancia le da? considerando que estuvo trabajando en el proyecto durante las últimas tramitaciones.
«Es un cambio de paradigma respecto a cómo comprendemos Internet en Chile y nos pone a la vanguardia a nivel latinoamericano. Me siento muy orgulloso de que este proyecto sea ley, porque cuando asumí como diputado me tocó ser presidente de la Comisión de Obras Públicas, Transported y Telecomunicaciones. El primer proyecto que me tocó tramitar como presidente fue precisamente el que consagra Internet como un servicio básico. Es un proyecto que viene del segundo gobierno de la presidenta Bachelet, que luego continuó Piñera y que en el gobierno del presidente de Boric se vino a finalizar. A mí me parece que es revolucionario. En un año, en dos años más, vamos a empezar a notar diferencia en los precios, en cómo se fiscalizan, cómo se abusa menos».
«Vamos a empezar a ver mejoras en la calidad del internet en zonas donde antes no había cobertura, zonas rurales. En las denominadas zonas rojas, en poblaciones denominadas conflictivas, ya sea porque asaltan a los técnicos o porque se roban el cable. La generación de comunidades de usuarios; antiguamente en el campo para que llegara el teléfono público la gente se organizaba. La comunidad traía el teléfono, luego también pasó para la electrificación rural en la década del 90 y finalmente para los APR. Una lógica similar opera también para el internet. Donde no es negocio para las empresas poder proveer el servicio, la comunidad va a poder organizarse y autoproveerse el internet. Esto gracias a la inversión pública en la infraestructura que es la fibra óptica nacional, el proyecto Última Milla».
«Va de la mano con la capacidad de formar ciudadanos digitales. Que la alfabetización digital, la programación, ahora la inteligencia artificial, estén en los planes escolares desde muy temprana edad. Es fundamental para tener personas formadas de manera más integral. De lo contrario, vamos a tener excelente acceso, buena velocidad, pero corremos el riesgo de que termine transformada en una herramienta para estupidizar a la población. Y eso en base a contenido basura, fake news, contenido que no aporta nada, más que beneficio económico para quien lo produce».
¿Alcanzan cuatro años para hacer todo el trabajo legislativo? ¿va a la reelección?
Sí, quiero ir a la reelección, porque evidentemente cuatro años sientan las bases de muchos procesos y uno no nace sabiendo. No es sencillo ser de diputado y menos ser diputado de gobierno. Es bien diferente a ser oposición. Mis compañeros y compañeras del Frente Amplio que venían de antes siempre habían sido oposición. El rol de ser oficialismo es muy distinto, y más aún cuando eres el partido del Presidente de la República. Por eso me parece muy desafiante la posibilidad de encarar un nuevo periodo y de poder culminar procesos que hemos dejado abiertos».
«Ahora, me gustaría ver cosas, por ejemplo. Yo he sido muy insistente en poder plantear que el proyecto de la doble vía en la ruta 5 en Chiloé contemple corredores biológicos. Se ha anunciado que así va a ser, para que ya no sigan atropellando la fauna silvestre. Me gustaría, sinceramente, cuando se inaugure eso, estar ahí y poder ayudar a cortar esa cinta. Me gustaría poder participar, poner la primera piedra, o estar por ahí en el puente que va a unir Dalcahue con Quinchao y que va a permitir darle conectividad a la isla. Y a su vez mejorará la conectividad de la provincia de Palena, va a disminuir los tiempos de desplazamiento».
«Me gustaría estar presente en el crecimiento del ferrocarril, que creo que es una cuestión de la cual deberíamos sentirnos muy orgullosos. Es algo que tenemos que empujar con mucha fuerza desde la política, pero también desde la ciudadanía y desde todos los espacios. El tren nos va a hacer mejor como comunidades, nos va a acercar, nos va a dar un medio de transporte limpio, masivo, oportuno. Es transporte seguro, más allá del lamentable accidente que ha ocurrido. Creo que en esas cosas, desde una perspectiva bien individualista, me gustaría estar ahí. Y seguir colaborando en que esas cuestiones efectivamente sucedan».