Restauración de espacio abandonado. Personas pintando centro cultural Kimun Mapu.

Proyecto de ley Requisas y tres experiencias de recuperación por organizaciones sociales de espacios abandonados que lo respaldan

El 21 de enero se tramitó en la cámara baja el proyecto que permite a organizaciones sociales o privados realizar la recuperación de espacios abandonados. Con 76 votos a favor, 57 en contra y seis abstenciones, diputadas y diputados aprobaron el primer trámite del proyecto de dicho proyecto de ley. Este busca permitir a los municipios destinar temporalmente inmuebles abandonados por motivos de seguridad pública y otros de interés general. La propuesta, que se trabajó con representantes vecinales y alcaldes. dio su paso al Senado para continuar su tramitación. A continuación se relatan tres historias exitosas de recuperación por organizaciones sociales de espacios abandonados en la Región de Los Lagos.

Centro cultural Kimun Mapu, Alerce

Una ciudad satélite es por definición “un núcleo urbano dotado de cierta autonomía funcional, pero dependiente de otro mayor y más completo, del cual se halla en relativa cercanía». Alerce es una de ellas, perteneciente a la capital regional Puerto Montt. La historia de esta organización tiene relación con la situación social que se vive a raíz del crecimiento desmedido y no planificado de una ciudad. Patricia Mansilla llegó a vivir a la población el año 2003, esta era su oportunidad de obtener una vivienda propia. Pronto formó parte de la directiva de la junta de vecinos Volcán Calbuco y en 2007 crearon Kimun Mapu, su departamento de cultura.

El primer fondo concursable que se adjudicaron fue de seguridad, el proyecto consistía en talleres artísticos, con un objetivo preventivo. En ese entonces los conflictos sociales eran de comunicación, con el tiempo se convirtieron en situaciones de violencia y narcotráfico, quienes pudieron abandonaron la población. Comenzaron a hacer actividades para tomarse el espacio público, enfocados en infancias, quienes pasaban largos tiempos a solas por los trabajos de sus padres.

Hasta 2014 utilizaron espacios prestados de forma gratuita, pero siempre debían estar dispuestos a cancelar actividades por otras programaciones. Con la creación de un nuevo mercado, Kimun Mapu solicitó el espacio que antiguamente utilizaban los comerciantes, se les negó, no sin darles una alternativa. El alcalde de ese entonces conocía varios espacios abandonados y dio la opción a organizaciones de que trabajen en su recuperación. En la feria de Alerce juntaron más de 900 firmas y el apoyo de la junta de vecinos y otras organizaciones para solicitar un espacio. Después de muchas dificultades consiguieron el comodato de una ex sede vecinal, que había sido mal utilizada por un club deportivo.

La restauración

“Fue una alegría muy grande cuando entregaron el espacio, porque se estaba transformando en un lugar conflictivo”, recuerda Mansilla. Todo estaba en mal estado y habían $400 mil de deuda en servicios básicos. El municipio pagó lo adeudado y con ayuda de vecinos, apoderados e integrantes de la agrupación restauraron el lugar. “Algunos llegaron con cosas listas, también hicimos peñas para juntar plata y comprar materiales”, la Casa Cultural Kimun Mapu se levantó a pulso. Inauguraron con un pequeño acto donde participó la directora regional de cultura. Al otro día celebraron con una peña para la comunidad.

Kimun Mapu está ubicado en un punto rojo y saben lo que es luchar por, en palabras de Mansilla, “ser una pequeña luz en la oscuridad”. Para ella, el proyecto de ley es evidentemente positivo. “Cualquier espacio abandonado, ya sea público o privado, se puede prestar para un mal uso”. También se cree que historias como la suya son evidencia de que entregárselo a organizaciones que demuestran poder realizar la recuperación del espacio abandonado es una buena decisión. Las agrupaciones “contribuyen a que la comunidad tenga un mejor desarrollo de vida” complementa.

Para Mansilla, la recuperación de espacios abandonados es una tremenda responsabilidad, sobre todo en una sociedad con un profundo individualismo instalado. En Kimun Mapu conviven con delincuencia, aumento descontrolado de la población, abandono de las autoridades y narcotráfico armado. Pero eso no los frena, entre colaboradores y vecinos sienten el espacio como “una segunda casa, un lugar para arropar a nuestros hijos”. La gente del barrio está contenta, el espacio está abierto para todos y todas. Somos nosotros lo que tenemos que aprender a convivir de otra manera y eso es la cultura comunitaria, la manera en que uno interactúa con los otros, finaliza.

Restauración espacio abandonado. Personas en taller textil en espacio Kimun Mapu.

Centro cultural Kimun Mapu.

Agrupación de feriantes Creciendo Juntos, Península de Comau

La agrupación de feriantes de la península del Comau, Creciendo Juntos, nace por la necesidad de obtener un espacio para la comercialización de productores locales. Artesanas, huerteras, hortaliceras y recolectoras de orilla nunca habían buscado un lugar para comercializar juntas sus mercancías. Cada persona vendía en su casa y cuando se realizaban ferias, eran en sedes vecinales, plazas o la playa. Todo comenzó cuando Prodesal y Servicio País reunió a las comerciantes con el objetivo de organizar ferias, talleres, capacitaciones y compartir. Hasta ese momento, no existía el debate sobre los espacios abandonados en la península.

Carola Cohen, presidenta de la agrupación, recuerda como al llegar en las embarcaciones, la “puerta de entrada a la península” era una gran casa abandonada. Y así, muchos otros espacios habían sido abandonados por organizaciones que, teniendo el comodato, no invirtieron tiempo ni recursos en su recuperación. En 2019, Creciendo Juntos decidió obtener personalidad jurídica y comenzar a reunir a las feriantes de Poyo, Huequi, Ayacara, Reldehue y Buill. Sin un espacio donde agruparse y con lluvias gran parte del año, comenzó la búsqueda de un lugar de reunión.

Sus requisitos eran que sea un sitio “estable y cómodo, con baños, donde poder tomar mate y conversar”, recuerda Cohen. Un espacio público con esas características no existía, pero buscando dieron con lo que previo a la erupción del volcán Chaitén había sido un liceo ambiental propiedad de la fundación Ayacara. “Lo tenían tirado. solamente lo tenían cerrado y con cuidador para que nadie lo usara, era un lugar grandote y abandonado”. Luego de pedirlo varias veces para utilizarlo comenzó la solicitud formal, en el proceso tuvieron problemas con el alcalde, ya que también lo quería. Luego de tres años de tramitación se les dio un comodato por cinco años, el cual pueden renovar.

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Espacios para la comunidad

En su búsqueda de espacios abandonados por organizaciones, Creciendo Juntos descubrió el lugar ideal para realizar una restauración y dar uso. Pero en el camino descubrieron comodatos a pescadores y sindicatos con data de entrega de hace treinta años, donde no se realizaba ninguna actividad. También otros entregados sin documentación y abandonados por años. Para Cohen, estos están “mal entregados” y la responsabilidad es de quienes no fiscalizan su funcionamiento. Sobre el proyecto, cree que es positivo, ya que se podrá reevaluar todos estos comodatos que quedaron en nada y dar a quienes realmente usen los espacios. Por último, Cohen destaca la entrega de comodatos por cinco años y con evaluación de su uso.

Actualmente, la agrupación Creciendo Juntos cuenta con treinta feriantes, en su mayoría mujeres y está a la espera de firmar un nuevo comodato. En esta nueva etapa buscan postular a fondos para el mejoramiento de la infraestructura, ya que los años del edificio de madera se hacen notar. “La recepción es super buena, porque en el fondo le estamos dando uso no solo en la organización, sino que la comunidad en general”, recalca Cohen. El espacio de ha convertido en un centro social donde cualquier organización o institución puede realizar actividades, todo bajo un reglamento de uso compartido. “Nosotras estamos super lejos de la municipalidad, entonces se desentienden un poco del territorio. Hay espacios super abandonados y nadie se preocupa de que las cosas estén funcionando” Finaliza Cohen.

Restauración de espacio abandonado Bingo en Liceo abandonado ocupado por agrupación de feriantes Creciendo Juntos.

Agrupación de feriantes Creciendo Juntos.

Colectivo Inconsciente, Chaitén

Javier Vivallo llegó a Chaitén en 2017, al enterarse de la falta de un centro de formación teatral decidió buscar un lugar para realizar actividades. Así solicitó al municipio dos salas del liceo Luz del Corcovado, dicho establecimiento se encontraba abandonado desde la erupción del volcán Chaitén en 2008. Al principio las autoridades se negaron, pero finalmente los espacios requeridos fueron cedidos. Así, se fundó la compañía de artes escénicas Teatro y Danza Experimental Chaitén.

Lentamente se fue habilitando el lugar, Vivallo recuerda que “las primeras obras las trabajamos con el sistema medieval, con velas”. Repararon baños, la luz del pabellón y adaptaron el espacio más grande como una caja negra. La recuperación del espacio abandonado gracias a las organizaciones abrió paso a que más artistas encontraran allí un lugar para trabajar. De esta forma se crea el colectivo Inconsciente, que agrupa personas de diversas disciplinas, como pintura, fotografía, danza clásica, teatro, entre otros.

Sobre el proyecto de ley, Vivallo cree es buena iniciativa y espera así sea más rápido solicitar un inmueble que a través de bienes nacionales. Sin embargo, cree que hay que tomar la decisión con cautela. “Debiese existir un periodo de prueba para ver si quienes utilizan el espacio le dan buen uso”, para él se debería hacer una consulta con gente idónea para la entrega de espacios. Piensa que quienes van a evaluar “nunca ha estado en un proceso de rescatar un espacio abandonado».

Un nuevo espacio

Actualmente nueve profesores realizan actividades en las salas, cada uno con su programación de talleres, actividades y presentaciones, también crean proyectos interdisciplinarios. La recepción del público y la comunidad es buena, cada disciplina tiene su audiencia y colaboradores. También tienen buena relación con las autoridades locales y provinciales.

Para mejorar sus condiciones, junto a la Agrupación de Derechos Humanos de Chaitén están en búsqueda de solicitar un nuevo recinto, el ex regimiento militar y museo de la comuna. Así, ambas organizaciones esperan concretar la recuperación del espacio abandonado, el cual es conocido como centro artístico Chai-Chai.

Restauración de espacio abandonado. Mujer actuando en obra de teatro en pasillo de escuela abandonada.

Colectivo Inconsciente.

Qué se espera

Estas tres historias forman parte de las cientos de experiencias de organizaciones sociales que a lo largo del país logran la recuperación de espacios abandonados. Todos estos lugares están propensos a convertirse en puntos de delincuencia o insalubridad, por esto la importancia de entregar los inmuebles a quienes los necesitan y le darán buen uso. El proyecto, que está a la espera de su aprobación, busca ser una solución a los conflictos sociales y va de la mano de la tan anhelada búsqueda de la seguridad pública.