No quise buscar en tu bolso
Años atrás lo hubiera hecho
Y habría encontrado quizás
Aquellas conversaciones que no tuvimos.

Todo aquello que uno guarda
Para aquel momento que nunca llega
Y habría encontrado
Lo que quise regalarte ese día lluvioso
Pero hoy bajo el sol pleno
Aquello ya no existe
Y en aquel entonces sí existió
Hoy ya no recuerdo que era.

No quise buscar en tu bolso
Acaricié el cierre
Estuve a punto de dar curso
A los recuerdos
Sin embargo, no recordé
Quien eras, ni quien fui.

Y delicadamente
Abandoné ese impulso
Y me dispuse a leer
Aquel difícil libro
Que hace tiempo ya
Tenía abandonado en el velador
De mi solitario cuarto.

Manuel Marchant R
Arquitecto y Poeta

Viajera sin huellas

Nuevamente te he observado
Al caminar no dejas huellas
No sé cuándo sucedió
Si en la primavera reciente
O en el invierno de las cosas

Mi mente descansa en la copa de los árboles
Mi hogar es un nido cercano a los astros
A tu ausencia
A la calle marcada de signos y materias
Pero no
De tus huellas
De tus huellas           nada

Como una bella quimera
Me rondabas como un animal invisible
En la fragilidad de las horas
Ausente
Cercana pero intangible

Como una diáspora infinita habitas
En mis sueños
Migras de un recuerdo a otro
Apátrida soñada
Peregrina solitaria

Marcada
Señalada
Exiliada
Atrapada en la memoria
De aquello que no posee peso ni sombra
Ni aliento

Solo lo táctil te rodea y te acompaña

Vuelas encadenada a la ausencia
Sé que no estarás a la hora del regreso
Sé que no puedes irte
Pues nunca has estado
Tus pasos
Aún se escuchan en la estancia vacía.

Aún resuena en mi cabeza
Tu imaginaria presencia

Temprano te has ido
Al caminar no dejas huellas

Elaboración digital Viajera sin HuellasManuel Marchant

Elaboración Digital Manuel Marchant R

 

 

Manuel Marchant

Manuel Marchant R
Arquitecto – Artista Visual

 

Colectivo Abierto te invita a LIBRAR 2023: Conmemoración del Día del Libro en Puerto Montt

El sábado 22 de abril de 16:00 a 21:00 horas, en la Biblioteca Pública Dr. Matías Yuraszeck (Guillermo Gallardo #239, Puerto Montt), por la conmemoración del Día del Libro, se realizará la segunda versión de Librar, organizada por el Colectivo Abierto.

Esta actividad busca promover la lectura y la conversación en torno al libro, mediante la presencia de distintas voces de la región y exponentes musicales, manteniendo así el componente interdisciplinar de la primera versión. En este sentido, en la música, estarán presentes la cantautora Casi Pájaro (Santiago) y el cantautor Pape (Osorno), además de Juano&Jano, la propuesta puertomontina que mezcla poesía con música electrónica.

En cuanto a las escritoras y los escritores, distribuidos en dos mesas de conversación y lectura poética, participarán, desde Puerto Montt, Mercuria, Paulo Huirimilla, Macarena González, Jorge Loncón, Carla Loaiza y Hernán Contreras R, junto a Cristian Antillanca, quien viajará desde Osorno a este encuentro.

Por último, se hará presente la cantautora y poeta Varsovia Viveros, quien viajará desde Ancud a presentar sus libros «Las paredes del día» y «La vida es plaza y otros poemas», además de entregar al público una muestra de su repertorio musical.

La actividad es gratuita y están todxs bienvenidxs a ser parte de ella, en un espacio seguro, inclusivo y abierto a toda la comunidad.


Arte del afiche: Camyla Santana Vargas

Colectivo Abierto

Puerto Montt

V.- 

Claudio.
Primero.
Único.
Último de su nombre.
Prohibidor de la música.
Gobernante mordiente.

Cuentan que un día fue el hombre más rico del mundo
heredero de un cinturón
que pasó a su hijo
y al hijo de su hijo.

Claudio fue parido cerca de un árbol
por una joven castrada
de correr descalza
de beber desgracias
de buscar calor.

Claudio fue criado en piso de tierra
por una anciana tambaleante
ciega y rabiosa
que no recordó la luz
y que nunca barrió la casa.

Claudio fue enseñado a confiar en el barro
porque el barro, le dijeron
espanta a los traidores
y quiebra las narices
de quien podría quebrarte a ti.

Claudio fue coronado una noche fantasmal
sin la joven castrada
sin la anciana ciega
en un palacio sin trono
en una casa sin cama.

VI.- 

Cuando Claudio prohibió la música,
me urgió aprender a escribir.

Lo hice porque no pude llorar
y porque la urgencia rondó mi futuro trono:
la urgencia de desconfiar
primero, de Claudio
y de mí que también soy Claudio
segundo, de mí
y de Claudio quien también es yo
tercero, de las palabras
y de las canciones de cuna
cuarto, del aire
y del engaño de respirar
quinto, de la risa
y de los dedos que se juntan
sexto
séptimo
octavo
siempre
siempre debo desconfiar de mí.

Aprendí a escribir
porque no pude llorar.

Aprendí a escribir
porque mi nombre no rimó con verdad.

VII.- 

Claudio quiso que yo corriera,
pero yo con el aire también conseguí escribir.

Claudio me llevó con el carpintero
y yo en el polvo encontré magia para escribir.

Claudio,
cansado,
me amarró al suelo,
pero él ya había olvidado que en el barro
con gusanos
con ácaros
o, incluso, con piedras
también se puede escribir.

VIII.- 

Nací al no saber de mañanas,
solo de ayeres.

Nací al no saber de cielos,
solo de manos levantadas.

Nací al no saber de mi padre,
solo de Claudio.

 

Matías Díaz Huirimilla
Calbuco
Poesía

Publicado originalmente en Dos poemas verdes y uno aguachento (2019)

II.- 

El Hualve no fue más que un cementerio
de paredes
púas
y ojos
para difuntos de la soledad.

El Hualve fue levantado sobre una sombra
de voces
y lenguas
que no mueren
por suplicar el pudor.

El Hualve fue cercado por cruces
velas
y mantos
que cuidaron el escape
de los que oyeron las voces.

El Hualve fue olvidado
en el incendio de las cruces
en la victoria de las voces.

 

III.-  

En El Hualve
a todo el mundo se le enseñó a bailar.

En El Hualve
para los recuerdos
solo se necesitaron cuerpos.

IV.-

Crecimos escuchando
reímos escuchando
la historia de Nanito:
el que se ahogó en murmullos antes que en el mar.

 

Crecí temiendo
temiéndome
hacer eco
hacerme eco
en la voz de Nanito
¿Soy yo Nanito?
porque el golpe de un susurro
¿Cómo matas un susurro?
es la hecatombe de una ola.

 

Matías Díaz Huirimilla

Matías Díaz Huirimilla
Calbuco
Poesía

 

Publicado originalmente en Dos poemas verdes y uno aguachento (2019)

Pareciera que podemos oírlo todo
y que el cielo nos escucha

Espera a que no digamos nada
y ser invisibles a quienes caminan
unos metros más atrás

Desde rocas que separan a la ciudad de las olas
el frío del viento nos acerca al fondo marino
y nos confundimos entre las sombras
de embarcaciones estacionadas
donde es una ilusión que existe tiempo para dormir

No sabemos de quién serán las primeras palabras
pero aparecerán
porque siempre hay algo que interrumpe el silencio
y mañana
será otro día de trabajo

El cielo será morado en otra tarde
cuando haya tiempo para esperar la noche
sin necesidad de imaginar
ese reemplazo en las luces

Y caer en el error de querer explicar lo que observamos
como todo paisaje o fenómeno nuevo
algo más para decir que solo un adjetivo de belleza ante un color
las aves vuelan unos metros más adelante
sobre el agua
se alejan de la ciudad
y del nuevo centro comercial de incontables pisos
hoy un símbolo que estará en las postales de la costanera

Por eso la vista en la imagen de una silueta de cormorán
cruzando en segundos las islas
en un silencio
que no es alcanzado por las luces

Desde aquí y aún sin palabras
quizás
ya sea el momento de irse
dirigir la vista a otra escena
a falta de tantos otros atardeceres.

Hernán Contreras

Hernán Contreras R
Colectivo Abierto

 

Si te contara
que en secreto te amé
cuando las hojas del otoño en nuestro barrio
caían con su color
de hojas ya muertas e inútiles

Quizás la tierra las esperaba
pero no en el surco
no en la abertura ni en la cárcava
sino
en su brutal dureza
la dureza de la tierra que enmudece

Si te contara
que a pesar de eso te amé
a pesar de la mudez y el silencio de tus labios
del silencio mordaz y sin consuelo
de esa tarde de otoño

De hojas caidas

Cuando los trenes y los barcos
zarpaban con aquellas núbiles novias
y aquellos hermosos extranjeros
erguidos en su espléndida belleza

Era entonces el mar el que abría
un posible horizonte
y a pesar de eso
del adios en el que estaba envuelto

Fingía ser otro frente a ti

Ser aquel que descansa luego de la jornada
el que regresa al hogar de nadie
y que luego de encender el fuego
olvida el agua que anhela beber.

memoria del agua

 


Manuel Marchant R

Por Jano Opazo Reyes.

 

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No encuentro en este tren el poema

Sí, a la poesía.

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Jano Opazo Reyes.
Colectivo Abierto
Puerto Montt

iba a dejar todo lo que tenía
en los bolsillos
para caer
más lento

la creencia en ciertas cosas
me ha hecho pensar que miro una escena distinta
cuando un niño juega a enterrarse en la arena
y al fondo los cormoranes confunden a los turistas

yo solo buscaba una conchita tornasol para llevar a casa
que hoy tendría de cenicero

de niño en el patio
hacía hoyos y buscaba tesoros para mi abuela
una piedra que brillara
o se pareciera a un corazón

las guardaba en mis bolsillos para tenerlas a mano
por si hubiera que salir corriendo
ante un terremoto o una estampida

solo quería estar seguro
de que las cosas fijadas en mis ojos
tendrían valor para las palabras de calma
que me decías por las noches

 

Hernán Contreras R
Colectivo Abierto

Por Matías Díaz Huirimilla

I 

A El Hualve
nunca llegaron los gitanos
y, por eso, nunca conocimos el hielo.

A El Hualve
nunca arribó el forastero
porque se fueron hasta los espíritus.

A El Hualve
nunca llegó el hombre de la cicatriz
porque nuestras costas murieron camufladas.

Y a El Hualve
nunca regresaron los niños
porque no pudieron soportar el olor
que algunos dicen recordaba al sebo
que otros cuentan parecía madera
que todos dudamos para no admitir

que en El Hualve el aire olió a secret

 

Matias Curimilla

Matías Díaz Huirimilla
poeta y dramaturgo Calbuco 

Publicado originalmente en Dos poemas verdes y uno aguachento (2019)