Bosques marinos y la diversidad de vida desde la mirada de un buzo y pescador artesanal
Los bosques marinos del sur de Chile sustentan una red intrincada de relaciones ecológicas y económicas. Estos ecosistemas, compuestos principalmente por algas como los huiros y cochayuyos, son esenciales para la biodiversidad marina. Actúan como refugio y fuente de alimento para una variedad de especies, desde erizos y peces hasta crustáceos como centollas y cangrejos. Asimismo, las algas mitigan la erosión costera y promueven la salud del ecosistema al capturar carbono y liberar oxígeno.
Desde una perspectiva económica, estos bosques son fundamentales para sostener la pesca artesanal e incluso, el turismo, contribuyendo a la subsistencia de comunidades costeras y la economía regional.
La conservación de esta relación es esencial para mantener la rica biodiversidad y el bienestar de las regiones, lo que es destacado por Francisco Javier Gómez López, buzo y pescador artesanal de Ancud, quien comenta el vínculo entre los bosques marinos y diversas especies. En esa línea, destaca a las algas como huiros y cochayuyos que alimentan a erizos y criaderos de peces, mientras que mitigan la erosión costera.
Gómez López, también observa el aumento de sargazos este año en lugares de Ancud y comparte la experiencia de haber descubierto sargazos de hasta 30 metros en un recóndito territorio marino.
“El tema de los huiros, están más ligados a la especie de erizo. Se alimentan directamente los erizos de las algas. Ya sea huiros, sargazos, la ulva, la verde esa, el 100% de su dieta es algas”, comenta Francisco Javier Gómez.
El pescador también señala que, en el caso de los locos, otra de las especies de gran importancia para las economías locales, que, a diferencia de los erizos, no tiene tanta relación en su dieta alimenticia con las algas, ya que lo identifica “más carnívoro, más de depredar de otras especies como bivalvo, picorocos, piure (…) Este tipo de dieta llevan los locos. Hay un tipo de loco igual que come macha, exclusivamente macha y otro que su dieta incluye a las estrellas y al revés también, las estrellas también comen locos”, asevera.
Con respecto a las macroalgas en este territorio marino, el pescador artesanal señala: “Pero el tema de las algas es súper importante, lo tengo bien claro, aparte que en inhiben la erosión de la costa, porque, baja la intensidad de la marejada cuando hay bosques de algas cercano a la costa, no llega la marejada con tanta fuerza digamos a la playa (…) y, aparte de que son criaderos de todo tipo de especies de peces, por ejemplo, los pejerreyes ponen sus huevos directamente en las algas. Las centollas también ponen sus huevos allí. El cangrejo, las jaivas viven en medio de los bosques de algas”.
“Las nutrias (chungungos) viven directamente también de las algas porque son depredadoras de los erizos y de las otras especies de peces pequeños de piedra que viven cerca y crustáceos. Así que yo creo que es una de las principales especies en la biodiversidad aquí de la costa del sur”, asegura Francisco Javier sobre los bosques marinos, quien también comenta que, “en el estuario Pudeto (Ancud) este año hay más sargazo que nunca”.
Francisco Javier Gómez López, comenta sus observaciones construidas con el pasar del tiempo, sobre que ha vivido en los lugares recorridos, por ejemplo, señala que los sargazos más largos que ha visto “han sido ahí en el paso Boré que entre la isla Navarino y la isla Lennox que es un canal digamos ancho, pero no muy profundo y calculo que la mata más larga debe haber tenido unos 30 metros de largo”.