AMEXO: apuntando a llevar el metal y la música extrema de Osorno donde merece estar

Desde agosto de 2023 que un grupo de personas adeptas y parte del mundo del metal y a la música extrema decidieron agruparse en Osorno. El diagnóstico en común era que la escena de música extrema local debía ser rescatada. Y es que el auge de la misma en Osorno parecía cosa del pasado. Las tocatas dejaron de ser tan frecuentes y el público de nicho requería más espacios. Así nació AMEXO, la Agrupación de Música Extrema de Osorno.

Al no haber una agrupación dedicada exclusivamente a promover estos estilos de música extrema, existían ganas de crearla. Desde las personas que quisieron crear AMEXO sentían necesario abrir los espacios propios, ante la falta de ellos. La idea de agruparse bajo estos fines comunes alejaba a «quienes quieren usufructuar o lucrar, por decirlo así, del movimiento. Que es un movimiento bien underground, subterráneo, que tiene y convoca gente», señala William Núñez (35), miembro fundador de AMEXO.

«Nosotros no representamos a nadie. No esperamos tampoco que se sientan representados por nosotros. Somos varias personas que componemos la agrupación, pero cada una tiene una visión distinta sobre la música, la cultura, el metal. Lo importante es que se entienda el fin: rescatar la escena musical extrema. Lo hacemos abarcando todas las aristas del metal, incluyendo al punk y al hardcore», agrega.

Eventos de calidad

Hasta ahora, AMEXO organizó ya cuatro tocatas en Osorno: Metal Mutante I, donde destacó la mezcla de estilos y fue el debut. Luego vino Puñetazo Veloz, enfocado en el thrash metal, más tarde Metal Mutante 2 congregó a exponentes del punk y hardcore. En tanto, el 9 de marzo pasado se vivió un evento dedicado al Death Metal.

Núñez precisa que la idea es unir y conocer a la escena organizándolas, pero con ciertos pisos mínimos. «Hacer eventos de calidad y mirados desde una vista cultural, sin un afán de hacer de esto un negocio, partiendo de eso», resume. William añade que «apelamos a la composición original, al músico chico que está ahí en su casa, que nunca ha tocado en escenario. En otros lados las productoras invitan bandas de afuera, pero bandas que ya están más consagradas, que son más adultas».

Y es que rescatar la juventud también es uno de los propósitos de AMEXO. «Nosotros venimos con más experiencia y queremos entregar espectáculos de calidad. Con los espectáculos de calidad autogestionados es de la única manera que tú puedes traer bandas de afuera. Porque no hay aquí quien te ayude, tampoco estamos pidiendo una limosna del Estado o de la municipalidad. Tampoco nos cerramos a la posibilidad de que, con todo este portafolio que tenemos de trabajo, hecho con convicción, nos sirva para que aparezca algún recurso de cultura», dice.

Apuntar alto

La idea, según relata Núñez a El Sureño, es que la música extrema sea vista como una subcultura, o inlcuso, «como una contracultura. Que nos reconozcan como ‘estos locos son los metaleros, pero están organizados’. Primero se tienen que generar espacios de venta del producto para poder traer eventos de calidad. Y en algún momento, no sé, tener un eventito exclusivo como tienen otras ciudades, como Chiloé Metal Fest, el Santa Bárbara Open Air , Merkén Rock en Temuco. Incluso aquí al ladito los LaRocks (Los Lagos), que siempre tienen thrash metal. El público se había dejado un poco abandonado aquí en la ciudad».

Para el fundador de AMEXO, el público del metal en Osorno no ha cambiado, sino que ha evolucionado. «Ha ido madurando y ha llegado un público nuevo que queremos rescatar, que es el público joven. Abrir las posibilidades. Como ya abrimos los espacios, hacer de que a esos espacios puedan entrar cabros jóvenes, que sean un lugar seguro. Tratamos de generar un plan como de contingencia para que se muestre todo seguro y se vea seguro. Hacemos firmar a los menores de edad cuando entran a un evento, por ejemplo», revela.

La dificultad para mantener este tipo de organizaciones y eventos son los recursos escasos. Núñez se muestra crítico con quienes anteriormente, dice, lucraron con el movimiento y lo vieron como una caja pagadora. «Nosotros sabemos que con plata baila el mono, porque hay que comprar cosas, hay que pagar cosas, servicios y cosas así. Pero tenemos una gran parte del equipo que es voluntario, que tiene equipos, colaboran con su equipo, su arte, diseño gráfico, publicidad, con gestiones. Las bandas necesitan un espacio adecuado en full calidad. Hay que conseguir y pagar la indumentaria, los instrumentos y el sonido adecuado para llevarlo a cabo como corresponde», recalca el miembro de AMEXO.

Experiencia

Tras los primeros eventos organizados por AMEXO, William Núñez asegura que recibieron buenas críticas. Casona Bulnes, Club Casa Verde y el Club de Artesanos han sido los escenarios donde se realizaron los eventos. «Para los que siempre consumen este tipo de música, quedaron re conformes. Tuvimos buena crítica desde el público y desde los músicos. Vieron que todo funcionaba un poquito más ordenado de lo que se esperaba. Entonces vieron que nos lo estamos tomando en serio», recuerda.

«Obviamente no desmerezco las tocatas de las sedes, pero de repente para poder traer shows de esa envergadura hay bandas que no acceden a un sonido básico. Entonces la gestión es mayor para que en algún momento, toda esta pega que estamos haciendo, nos sirva para hacer un espectáculo gigante y  gratis para la gente», dice. Núñez imagina un encuentro familiar metalero durante el día en algún parque como el Chuyaca. «Traer una banda reconocida, vendría gente de afuera, estoy muy seguro», añade sobre el objetivo de AMEXO.

El músico y gestor destaca que es fundamental mantener relaciones colaborativas con otras organizaciones culturales. Ya lo han hecho con Kabal, quienes los ayudaron con algunos consejos organizacionales para sus primeras tocatas. «Kabal nos abrió la puerta, hablamos con los chicos, nos orientaron, nos ofrecieron su ayuda y nosotros también. Después nosotros seguimos la de nosotros, hicimos nuestras cosas. Y hace poquito igual fuimos a pedirle un favor entre agrupaciones, sabiendo que ya no habíamos reunido una vez. Nos tendieron la mano», señala Núñez.

Proyecciones

Con esa relación incipiente junto a otras organizaciones culturales, Núñez sueña con entrelazar disciplinas desde AMEXO. «También hay proyectos ahí que yo digo, por ejemplo, que ellos que trabajan en el lado artístico. Imagínate que nos ganamos un proyecto que un día nos dé chance para tener un par de bandas de metal en la noche, y en el día tener bandas de rock para niños. Tener la ayuda de una agrupación como Kabal, donde haya circo, gente trabajando de forma artística para entretener a la familia. Son cosas que muchos lo sueñan, pero no muchos se atreven a hacerlo. Para nosotros también todavía es un sueño», asegura.

Y los sueños son parte del motor de AMEXO, según plantea Núñez. «Pero también comprendemos que todo se empieza a hacer paso a paso», aclara. «Antes el chascón era mal mirado, por ser chascón, por ser metalero, o al tiro de tildaban de satánico. Queremos romper un poco esos estigmas, invitando a la comunidad a que vaya. También dentro de esos sueños que tenemos como AMEXO, tenemos músicos autodidactas, de academias y ellos podrían contribuir con clases gratuitas. Tener una cercanía con alguna sede social con dirigentes que sean diligentes. Llegar a entregarle arte a los niños, entregarle un par de clases de guitarra acústica», complementa.

«Nuestros fuertes son las tocatas, bien organizadas y en un lugar seguro, donde el metalero viva una experiencia. Que no simplemente sea una tocata cualquiera y tocar todos los días, todos los fines de semana. Tampoco queremos eso, queremos promover la cultura, sacar a la banda que quiere hacerlo de forma profesional. Nosotros mismos les aconsejamos, por ejemplo, a que no manden las cosas por WhatsApp, mándenlas en un mail. Contribuimos de alguna manera a que los músicos se desarrollen. No muchos lo notan al principio, pero el trato que está dándole AMEXO a los músicos es lo que nosotros mismos esperamos cuando jóvenes y no nos dieron la oportunidad», sentencia.

Compromiso

El trabajo realizado por AMEXO es voluntario, como indica Núñez, por lo que «siempre faltan manos». Es por eso que tienen las puertas abiertas a quienes quieran integrar la agrupación. Eso sí, esperan un compromiso por parte de las personas que voluntariamente lleguen. «Tiene que venir gente que demuestre que conoce primero que todo del arte extrem. Que nosotros sintamos que va a estar ahí para contribuir porque le gusta. Y eso, de la única forma que tiene que pasar, es conociéndose. Estamos en proceso de estructuración para tener la capacidad de recibir a alguien sin que no sepamos qué hacer. Y sin que el que llega tampoco vea nada, ningún avance», dice.

«Con la experiencia que estamos generando, estamos abriendo esa posibilidad para poder exigirle un mínimo al participante. Sería ideal que sea el músico de una banda de metal. ¿Para qué? Porque obviamente va a existir una instancia mucho más rápido de hacer gestión con sus bandas. Y lo otro es que va a comprender la finalidad de la agrupación. El filtro es importante por la motivación. Si vemos una actitud como de aprovechamiento, es sinónimo de que sintamos que no están funcionando las cosas», remarca.

Finalmente, Núñez invita a la comunidad a apoyar a AMEXO y sus proyectos. «De repente hay otras tocatas que son más baratas, porque es gente local. Y la cosa es que vayan, apoyen. Al final es pura creación original. No tenemos nada contra los tributos ni contra la gente que los hace. Cada uno hace lo que quiere. Pero nosotros apelamos a eso. Al trabajo, a la distribución de este arte. Y un mensaje a los más jóvenes: que no se rindan, que hagan metal. Que siempre hay gente que está trabajando en esto», cierra.