Incierto futuro previsional II: aparición de las afp

Guillermo Berwart

Como decíamos al final del capítulo anterior, a los 7 meses de entrada en vigencia del nuevo sistema previsional, el País era un desastre económico y social de proporciones nunca antes vividas por la ciudadanía, pero la sola idea de salir a manifestarse era claramente un suicidio. La caldera se vivía incluso al interior del gobierno en donde claramente los economistas de moda estaban ganando terreno y logrando imponer sus programas y “modernizaciones” en materia de conducción, no solo de la economía sino también, del Estado. Pero no les fue fácil. Tenían enemigos y muy cercanos al dictador, pero la paciencia era una de sus cualidades y,  los acontecimientos los ayudaron a consolidar sus planes y su poder.

No obstante, el sistema comenzó a gozar de buena salud, a pesar de la alta tasa de cesantía y, por ende, el dinero y los empleos bien remunerados y estables escaseaban, el D.L. 3.500, introdujo un gancho perverso. El trabajador que se cambió al nuevo sistema, vio aumentada su remuneración líquida o neta entre un 3 y un 7%, gancho tentador para incentivar el cambio. El que ingresó al mundo laboral, obviamente comenzó con un 18 a 20% de cotización total, V/S un 27 a 30%. Entonces, entre el más que tentador gancho, especialmente entre los jóvenes y la obligación de los nuevos, el nuevo sistema comenzó a crecer mucho más allá de lo que sus propios creadores estimaron dadas las circunstancias sociales ya descritas.

Otro gancho, no menos tentador fue el BONO DE RECONOCIMEINTO, el que en simple era ingresar a la Cuenta Individual del cotizante o Cartolas Previsionales pero en un segmento aparte, las cotizaciones para la futura pensión hechas por el cotizante en el Anterior Sistema (como ya dijimos, entre un 18 y 23% ). Lo que, por una parte, desmiente el hecho de haber sostenido y sostener que los dineros provenientes de las cotizaciones llegaban a un gran saco y que nadie tenía idea de cuánto era “su aporte” y, por otra, le fijó por Ley a este Bono de Reconocimiento, una rentabilidad anual de UF mas 4%, lo que obviamente incentivó la curiosidad y el individualismo propio de estos años por saber cuánto tengo en “MI CUANTA”. Nunca antes visto, el que además se reajustará todos los años, novedoso por decir lo menos.

Este gancho incentivador de la emigración del anterior al nuevo sistema, tuvo sus consecuencias sociales no menores:

1° Al solicitar el trabajador, ya en su AFP, la emisión del Bono de Reconocimiento, miles de ellos se encontraron con la sorpresa que:

  1. No tenían las cotizaciones que ellos creían o,
  2. Tenían cotizaciones que no decían relación con su remuneración
  3. Les descontaban o,
  4. Simplemente no tenían ninguna cotización.

2° ¿que hacer?, Todos se preguntaron; ¿A quién demando, si mi Caja de Previsión que no existe? ¿Como lo hago si mi ex empleador o uno de ellos  Quebró? (vale la pena recordar que), El factor más importante del fracaso del sistema de Reparto, fue el incumplimiento patronal del pago de cotizaciones y, más que el no pago, la apropiación indebida de lo retenido al trabajador, con la obligación LEGAL de enterarlo integro en la Caja de Previsión respectiva. Lo que se mantenía en un incumplimiento de entre un 40 a un 60%.

3° ¿Solución? Estos chicos de Chicago pensaron en todo. Se creó un nuevo Ente Fiscal, el Instituto de Normalizacion Previsional, mas conocido como INP, antecesor de lo que hoy es el IPS (Instituto de Previsión Social) y que concentró en su seno, a todas las Cajas de Previsión que existían hasta abril de 1981, haciéndose cargo de todos sus bienes, muebles e inmuebles y de sus compromisos, entre ellos el pago de las pensiones vigentes y futuras, es decir, de todos aquellos que ya estaban pensionados y de los que no emigraron al nuevo sistema.

4° Entonces fue el INP el receptor o la contra parte de las miles de demandas por la gigantesca evasión previsional de los empleadores o patrones de la época, pero, la normalización fue poca o nada, miles de trabajadores no solucionaron su problema, otros tantos obtuvieron soluciones a medias, pocos lograron recuperar parte relativamente cercana a lo que se suponía debían tener y, menos que pocos lograron recuperar todo su aporte al sistema anterior.

5° Los efectos del conocimiento público de esa gigantesca estafa a los trabajadores fue, por una parte, un triunfo inobjetable para los creadores de las AFP, quienes tenían clarísimo el problema y que aquello sucedería tarde o temprano, por otra, el total descrédito del Sistema de Reparto, lo que a su vez se tradujo en un verdadero pánico de los trabajadores que en masa comenzaron a emigrar a las AFP.

El resultado fue que las AFP, les mostraban a los trabajadores que “SU PLATA” estaba “en buenas manos” y segura, se les mostraba cada 4 meses los que tenían en sus cuentas, (Cartolas Previsionales Cuatrimestrales) comprobaban su rentabilidad y ganaron prestigio, ya estamos en 1989, las AFP gozan de excelente salud, el País se prepara para volver a la democracia, hasta ahí todo bien, veremos cuánto dura.

Foto columnista Guillermo Berwart

Guillermo Berwart
Columnista de El Sureño

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