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En el contexto del mes de la mujer, la Municipalidad de Futaleufú realizó un homenaje póstumo a las mujeres de la comuna. Berta Flores, Georgina Cereceda y Tomasa Vallejos fueron tres mujeres que marcaron la historia de Futaleufú en los primeros años de historia de la localidad. Por esto fueron destacadas en un acto inaugural en la Casa de la Cultura de Futaleufú para luego itinerar por sectores rurales.

Pioneras

Berta Flores Olivares (1931-2021) fue la primera matrona de Futaleufú. La profesional de la salud llegó a Futaleufú el 27 de enero de 1957 y se desempeñó 14 años en el área de obstetricia. Durante dicho periodo no sólo ejerció su especialidad, sino que fue la encargada de realizar controles, vacunaciones y otras prestaciones de salud, siendo por mucho tiempo la única funcionaria de la posta. Tomasa Vallejos Escobar (1916-2018) fue pionera en trasporte de pasajeros. La mujer trasladaba en Zulky, un carro tirado por caballos, a pasajeros que se dirigían a Argentina a realizar compras y vender sus productos. Georgina Cereceda González (1929-2023) fue fundadora del primer centro de madres de Futaleufú. La mujer, conocida como «Titina», se destacó por su compromiso en el ámbito social y comunitario. Cereceda también se desempeñó como oficial civil de reemplazo.

Itinerante homenaje póstumo a mujeres de Futaleufú visitó sectores rurales de la comuna

Acto inaugural

El acto inaugural de «Grandes Mujeres en la Historia de Futaleufú» se realizo el viernes pasado en la Casa de la Cultura de Futaleufú. En el acto estuvo presente Antonia Orellana, ministra de la Mujer y Equidad de Género, quien destacó la labor de las mujeres como pioneras en territorios aislados. Junto a la lectura de reseñas de las tres mujeres homenajeadas, la Delegación Presidencial de la Provincia de Palena reconoció la labor de María Rita Morán y Elfrida Delgado Díaz, dos mujeres ejemplo de autonomía y liderazgo en sus territorios. Para cerrar, la Ministra repasó los avances en políticas de género por parte del Gobierno e instó a exigir los derechos e interiorizarse en las funciones que realiza el Ministerio para así disminuir las brechas de género.

Itinerante homenaje póstumo a mujeres de Futaleufú visitó sectores rurales de la comuna

Itinerancia

Para llevar el homenaje póstumo a mujeres de Futaleufú, el municipio, a través de la Oficina de la Mujer, llevó la muestra fotográfica a los sectores rurales Lonconao y El Espolón. Las muestras de realizaron en el contexto de actividades realizadas por la Asociación de Artesanos y Artistas de la Patagonia Andina y el Programa Mujeres Jefas de Hogar.

Itinerante homenaje póstumo a mujeres de Futaleufú visitó sectores rurales de la comuna

A los nueve años, Jennifer Anguita Agüero vio por primera vez la película El núcleo, supo que quería ser científica, específicamente astrónoma. En el film, seis científicos viajan al centro de la tierra para reactivar su núcleo, solo una es mujer, astronauta y capitana de nave. «Yo tengo que ser como ella» dijo «Wamba», como es conocida en redes sociales. Con los años comprendió la trama de la película era imposible, pero gracias a esta notó que le fascinaba la ciencia y ser disruptiva. Hasta hoy, la personaje interpretada por Hilary Swank es su referente científica. Ayer fue el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, y por eso te contamos la historia de una pequeña osornina que soñó en grande y logró entrar al mundo del STEM.

Cazadora de estrellas

Wamba se mantiene en permanente crecimiento, tiene muchas metas y aprovecha cada oportunidad para perfeccionarse y aportar desde sus conocimientos. La astrónoma Jennifer Anguita participa en la fundación Pequeñas Grandes Estrellas, donde incentivan llevar la ciencia a las primeras infancias. Este grupo trabaja con infancias de uno a seis años, «no entienden nada, no les va a interesar», comenta mucha gente, según la científica. Pero para ella a esa edad niños y niñas son «esponjitas que absorben toda la información». Esto logra un cambio en las niñeces y también en quienes son parte del proyecto.

También trabaja en la coordinación de Cazadoras de Estrellas, grupo de mujeres astrónomas que realizan talleres vocacionales para niñas interesadas en estudiar astronomía o carreras afines. Es mentora del programa Provoca del NRAO de Estados Unidos, que promueve el interés de la ciencia en adolescentes y universitarias. Además es la community manager en América del Sur del SGAC programa de la ONU que representa la voz de los jóvenes en materias aeroespaciales. Su proyecto personal es Astronomía Rapidita.

Jennifer Anguita: "Mi anhelo como astrónoma es que hayan más científicas que vengan del sur". Fotografía de 50 mujeres ganadoras del reconocimiento Genias.

Reconocimiento Genias 2024 por Transbank S.A.

Astronomía Rapidita

Jennifer Anguita no sólo ama ser astrónoma, sino que también busca traspasar ese amor a futuras científicas. Además de todos los programas donde trabaja, tiene su propio proyecto para motivar, no solo niñas y niños, sino que todos los sureños a conocer sobre astronomía y las ciencias. Con un enfoque feminista y territorial, Anguita comparte a través de su instagram Astronomía Rapidita su conocimientos. Para Wamba la ciencia también tiene algo de rebeldía, sobre todo si se trata de mujeres en campos de STEM, más aún cuando se es sureña. Por eso, la astrónoma busca que más mujeres del sur puedan descubrir este mundo, «curiosear».

Con este proyecto busca cumplir sus metas personales: crear un grupo de astronomía en el sur. Su sueño es que desde Osorno puedan salir a muchas localidades a compartir la ciencia para motivar a todas las personas a ser parte de la astronomía. El trabajo territorial con niñas y niños se vuelve imprescindible para lograr un cambio, para disminuir la brecha de género, de distancias y de accesibilidad.

Disminuir las brechas

Para Wamba, políticas públicas como Más Mujeres Científicas o programas como Cazadoras de Estrellas son excelentes iniciativas a la hora de impulsar que mujeres ingresen a carreras STEM. Pero el problema ya no es el acceso a la universidad, sino la búsqueda de áreas laborales o de perfeccionarse con posgrados. La astrónoma cuenta cómo en la ciencia castigan a las mujeres cuando quieren ser madres, ya que eso significa disminuir la producción de papers o investigar. Con esto «van alargando mucho más la brecha» dice Anguita sobre las formas sistemáticas de discriminación a las mujeres.

La astrónoma Jennifer Anguita cree que los sueldos y oportunidades para científicas deben ser equiparadas: «Que no sean cien hombres versus 10 mujeres que obtienen fondos». La científica cree que se debe emparejar la cancha, por eso es importante destacar los avances. El aumento de mujeres en carreras STEM y de académicas científicas son algunos logros no deben ser frenados por otras brechas, como las distancias o falta de oportunidades.

«Mi anhelo como astrónoma es que hayan más científicas que vengan del sur», dice Wamba. Para ella, la descentralización es un tema importante, hay que dejar de pensar en Santiago y traer más actividades a las regiones: ferias científicas, festivales de la ciencia. Sueña con que en el sur exista un observatorio y cree que Los Lagos es la región ideal para esto. «El sur de Chile tiene cielos muy privilegiados, sin ir más lejos, el primer observatorio se pensó poner en Chiloé», menciona Anguita. Lograr esto podría expandir los horizontes de las infancias y que no deban salir de sus ciudades para cumplir sus sueños, sino que puedan hacerlo nuestra propia región.

Jennifer Anguita: "Mi anhelo como astrónoma es que hayan más científicas que vengan del sur". Retrato de Jennifer Anguita.

Jennifer Anguita.

Por Marybel Fuentemavida Vasquez

Cada 8M muchas personas me preguntan: ¿qué es ser feminista?; ¿es salir a la calle con los pechos desnudos?; ¿gritar en masa?; ¿pedirles a las mujeres que aborten y odien a los hombres? Queda, así, de manifiesto que a pesar de ser un movimiento político antiguo en Chile y en el mundo, del que forman parte miles de mujeres, aún un sector importante de nuestra sociedad sabe muy poco sobre el feminismo.

Para responder a la pregunta sobre qué es ser feminista voy a hablar de la voz. Sí, de la voz. Hace un tiempo atrás, les recomendé a las integrantes de una Fundación en la cual participo encontrar su voz. Las insté a que esta voz fuera una voz propia y no una impuesta por los roles sociales. Mi propuesta tenía como fundamento la constatación de que a lo largo de la historia las mujeres hemos alzado la voz muchas veces sin que nadie escuche. Hay temas, nos han dicho, que son de hombres: la política, la religión, la filosofía, la economía (incluso las finanzas del hogar). ¿Cómo no encerrarnos a gritar? ¡Ay la histeria!

Las mujeres hemos acuñado el término “espacio seguro” para referirnos a aquel lugar protegido por hechizos antiguos en el cual hablamos, sacamos la voz, con claridad y sin miedo, un lugar en el que nos encontramos mujeres que escapamos de la realidad patriarcal que nos aprisiona, no necesariamente tras barreras de fierro, sino tras un manto invisible de humillaciones, silencios incómodos, soledad e incomprensiones. Ese espacio seguro es, para usar la expresión de Virginia Woolf, nuestro cuarto propio. Ahí nuestra voz tiene eco, cuestión fundamental porque ¿qué es la voz sin un eco?

Este año se cumplen 50 años desde el Golpe Militar en Chile. Las voces de las mujeres no callaron entonces. Hablaron fuerte. Fueron valientes. Lucharon por recuperar la democracia y los derechos para todas. Las mujeres vivieron las consecuencias de las políticas represivas de la dictadura, fueron torturadas, asesinadas, hechas desaparecer. Pero, además, fueron objeto de una forma de tortura que se dirige especialmente hacia las mujeres: la violencia política sexual. Quienes se salvaron de este calvario salieron a buscar a sus desaparecidos y desaparecidas, a pesar del peligro. Por otro lado, el rol de la mujer asociado a su género—madre, antes que nada, responsable del trabajo doméstico y de cuidado en el espacio familiar–fue potenciado por entidades como Cema Chile dirigida por Lucía Hiriart. Las organizaciones feministas se pronunciaron—sacaron la voz– cuestionando la idea de que el trabajo asignado a las mujeres fuera no remunerado.

Aunque hemos avanzado enormemente gracias a las mujeres que alzaron la voz antes que nosotras, aún falta mucho por alcanzar. El actual Gobierno se declara feminista, pero para lograr que esto sea más que una declaración, se requiere que más y más mujeres, encuentren su propia voz.

Las voces de mujeres unidas, en un lenguaje que va más allá de las fronteras nacionales, son la herramienta más poderosa a la hora de generar transformaciones. Y el feminismo es una política de transformación.

Nos ridiculizan, nos minimizan, nos violentan y nos matan. Y, a pesar de ello, continuamos la lucha, continuamos el grito sororo y justiciero. A pesar de todo, con o sin pechos descubiertos, con pañuelos verdes o morados, depiladas o peludas, seguimos juntas—sacando la voz–y así seguiremos.

 

Marybel Fuentemavida Vasquez
Frente Feminista Plataforma Socialista
Presidenta Fundación Paritas

Por: Paulina Basualto

Paulina Basualto columnista Por un 8M antipatriarcal y antineoliberal

Los 26 de cada mes, sobre el puente Pueyrredón, en la capital de Argentina, se reunían en una gran asamblea cientos de mujeres del movimiento piquetero. Esto empezó a ocurrir luego del 26 de junio de 2002, día en que la policía asesinó a Darío Santillán y a Máximo Kosteki en la estación Avellaneda, hoy renombrada como “Darío y Maxi”. Las mujeres, procedentes de diversas poblaciones del Gran Buenos Aires, se agruparon para denunciar el crimen como una acción del Estado represor y manifestar, junto a los hombres, su repudio al sistema neoliberal

Pero, en la conversación, otras motivaciones comenzaron a rondar. Crudos testimonios hablaron de un patriarcado que estaba en la base del sistema neoliberal. No solo se compartieron experiencias de la violencia masculina hacia la mujer, lo cual ya de por sí era un antecedente dramático, sino que se puso en común que el cuidado de hijos/as, personas enfermas y mayores estaba casi exclusivamente en manos de mujeres, que, si la distribución del ingreso era desigual, en el caso de las mujeres lo era aún más, dada la enorme brecha salarial que existe entre mujeres y hombres, y también que las prácticas autoritarias se replicaban en las mismas organizaciones políticas en que participaban.

Surge entonces un discurso antipatriarcal con un sentido político muy preciso que proviene de la conciencia de que la lucha emprendida apuntaba a la esencia de un sistema económico, en el que la explotación del hombre por el hombre de la que hablaba Marx era infinitamente más dramática cuando la explotada era una mujer. Se trataba, por lo tanto, de una lucha antineoliberal.

Esta experiencia coincidió con las de las mujeres zapatistas en Chiapas, las negritudes femeninas de la costa pacifico colombiana, las defensoras ambientales en Brasil y un sinfín de experiencias organizativas de las mujeres populares en América Latina

Es bueno recordar, a partir de estos hechos, que el 8 de marzo no es una celebración a la mujer, donde los jefes le regalan flores a su secretaria o las multitiendas se cubren con comerciales con discursos supuestamente igualitaristas.

Este “capitalismo morado”, que brinda apoyos superficiales más que visibilizar reivindicaciones estructurales, ha permeado a muchas mujeres, a través del incentivo al consumo y el lavado de la imagen de aquellos que se benefician del patriarcado estructural.

Por oposición a esto, hablamos, entonces, de un 8M combativo, de homenaje a esas 123 jóvenes trabajadoras, la mayor parte inmigrantes, que murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle Shirtwaits de Nueva York un 25 de marzo de 1911 y a las trabajadoras textiles que un 8 de marzo de 1857, en Estados Unidos, marcharon en protesta por los bajos salarios y las largas jornadas de trabajo.

El feminismo a secas no existe. Hay feminismos variados y con objetivos diversos. Entre estos reconocemos que están los de corte liberal, preocupados exclusivamente de los derechos civiles, como el aborto o la representación política, o el más radical, que centra su discurso en la reconstrucción de la sexualidad. Feminismo popular que plantea que se deben transformar tanto las relaciones de opresión que existen entre hombres y mujeres, como las que se establecen entre un sistema ultra capitalista y la humanidad. En este horizonte de transformaciones, socialismo y feminismo no solo son complementarios, sino también necesarios para emprender el camino hacia una sociedad digna.

Los tiempos del conservadurismo, que nos han hecho retroceder política y culturalmente, luego de la derrota en el plebiscito del 4S, son aquellos en que la urgencia por recuperar el tono de la lucha y el sentido estructural de la misma se convierte en la esencia de la reivindicación feminista. Las grandes alamedas se abren en el camino de la lucha contra el patriarcado, y por la democracia y el socialismo.

El patriarcado, recordando la canción de León Giecco, “es un monstruo grande y pisa fuerte”, y está en las luchas populares la posibilidad de derrotarlo.

 

Paulina Basualto

Frente Feminista – Plataforma Socialista

Marzo 2023