Bin y Daggy aún tienen un universo por mostrar

Un día como cualquier otro de 2012, Samuel Alvarado (28), que en ese entonces tenía 17 años, salió a recorrer las decenas de tiendas de ropa americana de calle Lynch en Osorno. En una de ellas, ubicado estratégicamente, había un cajón atiborrado de prendas que costaban solo $100. Samuel escarbó y escarbó en busca de algo de su gusto, aunque terminó tomando prendas para otros. En su mente tomaron forma de títeres las figuras de un conejo y un perro. Bin y Daggy vivían su propio Big Bang, sin saberlo, en ese momento.

Samuel siempre tuvo inquietud por el cine, aunque nunca pudo estudiar la carrera, tenía ganas de darle forma a sus ideas audiovisuales. «Quizás mi lado más infantil me hizo hacer estos monos. Igual tenía referencias como 31 minutos. Entonces algo de esto, como de jugar, había todavía. Y supongo que lo que analicé en estos títeres es que salieron a medida que yo los iba armando nomás», cuenta a El Sureño.

El proyecto Bin y Daggy partió como una webserie del género sitcom que contaba la historia de estos dos hermanos que son títeres. «Lo pensé hace más de diez años, era muy chico, no tenía ni cámara, no tenía tanta gente que me apañe. Y tampoco tenía la experiencia para que se vea un poco más profesional», admite el creador. En internet quedan registros de esa época, donde se comienza a contar la historia. Esos videos están alojados en un canal de YouTube al que Samuel ya ni siquiera tiene acceso.

Alvarado detalla que la idea en ese momento era mostrar la vida de Bin y Daggy. «Ellos dos son hermanos y viven en un departamento tratando de convivir esta nueva vida adulta. Con este periodo de transición de esta edad, entre los 20 y 20 y tantos», explica.

Si nos dejan salir mañana

Crear una webserie y darle vida a un universo paralelo es un trabajo que aún no es remunerado para todos y todas. Los estudios universitarios y la vida misma hicieron que Samuel no pudiera dedicarle todo el tiempo que necesitaba su creación. Lo que sí hizo fue armar proyectos musicales como la banda Amelia, junto a Willy Martínez e Ignacio Huiniguir. En paralelo estudiaba Diseño Gráfico y trabajaba junto a su papá en el rubro de la soldadura.

Hasta que llegó la pandemia. Justamente, en medio de las intermitentes cuarentenas osorninas, Samuel estaba absorto en lo que quería realmente para su vida. Así fue como compuso, pensando en Amalia, la canción ‘Si nos dejan salir mañana’, que retrata sus sentimientos en la pandemia. «Pero después pensé, ¿hasta cuándo la vamos a tocar? No tengo fecha para que la toquemos. Entonces se me ocurrió cambiar un par de cosas a la letra y la hice para Bin y Daggy. Planifiqué el videoclip y lo grabé con un celular no más, con ayuda de un par de amigos», relata.

Ese mismo año, aprovechando los retiros de los fondos de pensiones, Samuel invirtió en una cámara fotográfica semi profesional con la que también podía filmar. Juguete en mano, comenzó a mejorar la calidad de las grabaciones y siguió creando historias sobre Bin y Daggy. «Empecé a colapsar un poco en mi pega de soldador, porque no quería hacer eso toda mi vida. Dejé de estudiar diseño gráfico, no sabía para dónde iba la micro. Entre tanto, me relajaba un poco haciendo estos videos, que también me estresaban porque quería hacerlos y que salgan bien.», confiesa.

Una historia que también se canta

Con algunos capítulos de su webserie, Samuel retomaba el proyecto que había nacido ocho años. Entre 2020 y 2022 grabó tres capítulos. «Yo los hacía casi porque a mí me gustaba seguir haciéndolos. Así como te digo, lo veían 500 personas. No se movían mucho. Así fueron como 2 o 3 años donde hice videos entre cada ocho  meses, o un año», cuenta. Al terminar el capítulo cinco de la serie, reeditó las canciones de la misma.

«Edité todas las canciones de nuevo, las pistas que ya había grabado, las reedité, le hice arreglo a las canciones y las subí como un álbum», señala. «Pelo de Lobo hizo la carátula del álbum, fue la primera persona que interpretó a Bin y Daggy a su forma, fuera de mi mismo. De hecho, cuando me envió la carátula me emocioné mucho», agrega sobre el proceso.

Así, el 13 de mayo de 2022 se lanzó por Spotify el disco ‘El Show de Bin y Daggy, Vol.1’. «Lo publicamos con la ayuda de los chiquillos de Agrupación MUDO, que tenían un convenio con un sello», recuerda. El álbum sigue un hilo conductor en formato sitcom, como la serie. Son doce tracks, de los cuales cinco son canciones, seis son diálogos de comedia que van intercalando, además del outro. Gracias a esa gestión realizada con MUDO, desde la agrupación le ofrecieron participar en agosto de ese año en la primera Feria de Artes Mixtas (FAM). Era la oportunidad de presentar un show en vivo. todo un desafío para Samuel.

«Yo recordaba que el año nuevo dije que mi propósito iba a ser concretar algo con los monos. Ya estaba trabajando en esta cuestión y tenía que decidirme. Y claro, cuando me lo propusieron, yo dije que sí, que podría hacer un show en vivo. Porque una cosa es hacer los videos y estar un ratito con la mano arriba, pero estar un show de cuarenta o cincuenta minutos, era otra cosa. Así que yo le dije que sí, porque era lo que estaba esperando, entonces, ¿cómo voy a decir que no ahora?», rememora.

El debut

Hasta que llegó agosto y con ella la FAM 2022. Samuel contó con el apoyo de su antigua banda Amelia, quienes son ahora la Bandaggy. A ellos se unieron Delay Delay y Gerardo Pérez (Reina Luisa). Pero Samuel destaca el apoyo que ha tenido de su pareja Carla Barrera (29), desde el inicio de su proyecto. En la Bandaggy es la voz de Bin. «Las últimas tres canciones las hemos escrito en conjunto con Carla también, que ha sido un pilar fundamental. Me ha permitido que se pueda desarrollar el proyecto a lo largo de todos estos años. Que desde 2020, por lo menos, yo pueda meter la cabeza completamente en esto», valora.

«Recién el año pasado, cuando debutamos en la FAM, empezó el tema de los shows. Bin y Daggy dio el salto de la serie de YouTube a los shows en vivo», agrega Alvarado. En la FAM tuvieron tres funciones, las que fueron un éxito total, tras los arduos meses de preparación. De ahí en más no pararon. Luego vino un show en el Teatro Municipal de Osorno. «Con una escenografía bonita que igual. Eran las cosas de mi casa, llevé mi sillón, una tele, las lámparas, dos sillones para allá, alfombras. Se repletó el teatro, y los chicos de MUDO nos trataron muy bien, se preocuparon de tener comida, así todo el día, que estemos cómodos», relata.

Para Samuel fue el renacer de una llama que se había apagado pro largos momentos de su vida. «Es soñado, jamás lo pensé. Con mi música, muchas veces me quise rendir. Desde chico quería hacer música, quería que la gente escuchara mi música, y en el fondo, tristemente, sabiendo que no lo iba a lograr. Entonces, para mí, me revitalizó lo que pasó con Bin y Daggy, porque la gente lo recibió muy bien, les gustó mucho», cuenta. Con estas nuevas condiciones comenzó a dedicarse 100% a Bin y Daggy.

Bin y Daggy debut

Bin y Daggy en su debut en la Feria de Artes Mixtas 2022.

El universo de Bin y Daggy

El conejo Bin se llama así porque su papá era fanático de Mr. Bean, cuenta la historia. En tanto, su hermano, Daggy, fue bautizado así por una derivación de Doggy (perrito en inglés) y en honor a Daggett de Los Castores Cascarrabias. «Está inspirado en ellos. Esa especie de dualidad de hermanos, que uno es como torpe, el otro es más inteligente. Antes las personalidades eran un poco cambiadas, Bin era el más centrado y Daggy era el perro loco, inquieto. Ahora es al revés, fue mutando», explica.

Todas las referencias que hay en la webserie y en el universo de Bin y Daggy, en general, son cosas que le gustan a Samuel. Tenacious D, Shrek, Star Wars, el Chavo del Ocho y Friends, además de 31 minutos, son influencias latentes en la historia. Pero, además, se entremezclan con el universo del propio creador. «La primera canción de llamaba ‘sánguche de queso’. Trataba de que Daggy se comía un sándwich que Bin había guardado para comerse después. Y eso está basado, por ejemplo, en la convivencia con mi hermana. Una vez me comí una empanada que ella había guardado y aún me lo saca en cara», cuenta como anécdota.

En la conversación, Samuel menciona que es inevitable no meter su propio mundo en el de sus personajes creados. «Más surreal o más aterrizado, es imposible que tu mundo no se vea reflejado en eso. Lo bacán es que este tiene una historia desarrollada. Yo desarrollé un rollo que (Bin y Daggy) tienen con sus papás, por ejemplo. Son hermanos un perro y un conejo, tienen toda una historia detrás, sus papás son conejos, adoptaron a Daggy, luego pudieron tener a Bin. Para lo que quiero hacer después, desarrollar toda esa historia de qué pasó con ellos cuando eran niños. Me gustaría ampliar el universo de Bin y Daggy mediante pequeñas historias», adelanta.

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Bin y Daggy Show

Bin y Daggy ante el público

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Transversal

Desde aquel debut en la FAM 2022, el Show de Bin y Daggy se ha movilizado por varios lugares de la provincia. La ONG impulsa ha sido importante, cuenta Alvarado, ya que los llevó a sectores rurales de Osorno. Entre la banda y el equipo de producción, son entre diez y doce las personas que levantan los espectáculo. En general, dice, hay mucho público infantil, pero el show es transversal en cuanto a edades.

«Yo no lo pensaba tanto para los niños, porque quería darle como más profundidad quizás. Pero claro, después con el tiempo me di cuenta que eso no quitaba que no iba a llegar a los niños. Como son títeres, se llega sí o sí a los niños. Es imposible no hacerlo. Entonces, aprovechando eso, trato de hacerlo más transversal, más adulto también, que no complique a los niños. Es como lo que hace 31 Minutos de no tomar a los niños como tontos», argumenta.

Y asume que el objetivo es «llegar a las personas, más que a niños, niñas o adultos, independiente de su edad, y que puedan interpretar los mensajes en las diferentes etapas de su vida. Siempre pienso que ellos lo disfruten ahora de chicos, pero después cuando lo analicen y vean que esto fue parte de su infancia y lo vean de nuevo, vean el otro trasfondo que tiene».

«Hay algunas canciones que están dirigidas más para niños. Pero, por ejemplo, está la canción ‘Lo que sientes’, que es una canción bien emotiva que le gusta a mucha gente. Dice ‘no debes guardar lo que sientes. Si te sientes enojado, es normal, estás cansado de trabajar. Yo también tengo un desorden de problemas y errores, pero ven, te quiero escuchar’. Entonces está hecha para todos en realidad», menciona.

 

Bin y Daggy tras bambalinas

Backstage de Bin y Daggy

Descansar y flojear

Samuel Alvarado afirma que el trabajo que está realizando actualmente es darle énfasis a la teatralidad del show. «Siempre me preguntan si es una función de títeres y yo creo que el show que hacemos es más un concierto de una banda. Los títeres tienen diálogo y tratamos de hacer todo lo que conlleve interacción con público, pero no tiene un hilo conductor. Ahora recién el show que vamos a presentar ahora tiene eso, que es ‘Descansar y flojear’, que se supone que ellos están ordenando la casa», adelanta.

Ese show es la celebración del primer año desde el debut musical de Bin y Daggy y se realizará este domingo 6 de agosto en la Casona Bulnes. Desde las 14 hasta las 17 horas habrá talleres de yoga infantil (4-10 años, $1.000), escritura y meditación (madres y padres, $2.000), pintura (7-14 años, $2.000) y circo (4-17 años, $2.000). Luego, a las 17 horas se presentará MaryllynDollyna Cuarteto y a las seis de la tarde lo hará Bin y Daggy. La entrada tiene un valor de $2.000 para mayores de 13 años. Los menores de esas edad no pagan.

«Esta es una propuesta nueva. Tampoco es la propuesta final, porque va cambiando show a show. Entonces es el sentido de darle algo más teatral. Hay un par de canciones nuevas para bailar. Ahí se van a llevar unas sorpresitas. Y con artistas invitados también, pues vamos a tener a los MKatana, a Cantauria y Mauricio Trunci va a tocar unas canciones con su cello», revela el creador de Bin y Daggy.

Futuro

Al hablar de proyecciones de aquí a fin de año, Alvarado tiene metas claras. «Queremos continuar la serie, estamos ya empezando a postular a fondos para financiarla, estamos planificando. Todavía faltan manos, pero estamos trabajando con más gente para abrir un Patreon», adelanta sobre la estrategia de financiamiento.

Y en cuanto a contenido, asegura que quiere «empezar a hacer videos como una especie de City Tour, con Bin y Daggy, para mostrar lugares históricos de Osorno, en el estilo de Bin y Daggy. Me gustaría hacer eso, como para después hacerlo en Puerto Montt, en Valdivia, y que esté atractivo para las municipalidades. Ya tenemos videos con guiones, que ya tenemos que hacer. La vida está media dura no más como para avanzar, hay que preocuparse de otras cosas antes. Salen shows de repente y hay que meterle cabeza a eso, y se van retrasando las otras cosas».

«Cuando empezamos estaba mi hermana, Lorena Alvarado y Nicolás Olavarría, que era un compañero de la U, que igual me ha apoyado a todas. Carlos Leal, que también es de Reina Luisa,  apoyaba en labores multimedia, o con las entradas, grabar, cosas así. Ellos, como están trabajando, están un poco más alejados en esta etapa. Ahora estamos trabajando con los chiquillos de Roto Tienda. Empezamos a hacer las colaboraciones de poleras, a generar merchandising, y luego ya ahora han sido parte del show», dice sobre el devenir de la banda.

A Bin y Daggy nadie los puede parar.

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