Anuncian mesa de Mujer y Memoria para la región de Los Lagos
La seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en Los Lagos, Cristina Añasco, anunció que impulsarán una mesa de Mujer y Memoria en el marco de los 50 años del golpe. Fue en medio de la presentación del libro Los Derechos Humanos en la Provincia de Llanquihue 1973-1990, de Jorge Weil, que se reveló la iniciativa.
Según comentó la autoridad regional a El Sureño, la idea responde al llamado que han hecho las propias mujeres que sufrieron y vivieron la dictadura cívico militar. «El llamado que nos han hecho las compañeras de agrupaciones de derechos humanos es a rescatar los relatos y las historias. Muchas compañeras hicieron un tremendo aporte. Algunas fueron torturadas, otras asesinadas, pero hay quienes están todavía y que aportaron durante la dictadura, como las ollas comunes, por ejemplo», afirmó Añasco.
Según se documenta en el libro del académico Jorge Weil, sólo en la provincia de Llanquihue hubo 126 mujeres que fueron prisioneras políticas durante la tiranía de Pinochet. «Queremos rescatar esa historia. El reclamo también es la invisibilización de sus relatos y trabajo», agregó la seremi sobre Mujer y Memoria.
Medio siglo esperando justicia
‘Los Derechos Humanos en la Provincia de Llanquihue 1973-1990’ viene a relatar, desde la voz de las propias víctimas, las violaciones a los DD. HH. cometidas en dicha provincia. El académico de la Universidad de Los Lagos, y ex prisionero político, Jorge Weil realizó una depurada investigación al respecto.
A la actividad llegaron decenas de estas personas que sufrieron los embates de la dictadura en los centros de tortura Egaña 60, Regimiento Sangra y la Base Aérea de Chamiza. Hubo un momento de palabras, las que fueron aprovechadas por algunas de estas personas sobrevivientes. Uno de los principales mensajes fue la necesidad de que las nuevas generaciones conozcan la brutalidad de la dictadura para que no se repita la historia.
Además, dentro de las y los ex prisioneros políticos se manifestó la intención de que no deben ser olvidados, considerando que muchos no han tenido justicia. El autor de la obra, Jorge Weil, señaló a El Sureño estar conforme por la convocatoria. «Estamos muy contentos de que haya venido tanta gente y, sobretodo, que vinieron muchos ex prisioneros políticos, muchos sobrevivientes. Ellos encarnaron y vivieron ese período», comentó.
Organización y futuro
La exposición de posturas puso en discusión la forma en que las mismas agrupaciones buscan justicia por parte del Estado. Pensiones insuficientes, condenas que no llegaron, secuelas en la salud para siempre. Esos son parte de los problemas que presentan actualmente las víctimas, a cincuenta años de que todo empezó.
Weil también manifestó su visión sobre algunas acciones que realizan organizaciones esperando respuestas del Estado. «Eso tiene que ver con la realidad política de hoy día. Las necesidades de organización son distintas a las que habían antes. El peticionismo sindical ya no sirve, hay que auto organizarse. En los lugares de trabajo, en los lugares de vivienda, en las comunas, hay que lograr mayores reivindicaciones», dijo.
Por ahora, según aseguró el presidente de la Corporación Egaña 60 y ex prisionero político, René Droppelmann, buscan llegar a más personas con este libro. «Ahora queda difundir los contenidos, hacer conversatorios, con la Universidad Austral, de Los Lagos. Tenemos que hacer algunas actividades con el PRAIS, con el INDH, con colegios. Tenemos que ir creando conciencia de que lo que sucedió el 11 de septiembre no se vuelva a repetir y se sepa lo que pasó», precisó.
Por último, la seremi Cristina Añasco afirmó que el trabajo y relato de la Mesa de los Cincuenta Años del Golpe seguirá profundizándose durante el año. «Las historias y relatos de las víctimas, de los familiares y de todo lo que ocurrió durante dictadura hay que mantenerlo, hay que cuidarlo y hay que rescatarlo. Debemos pensar en una memoria para el futuro. Por eso la Mesa de Mujer y Memoria. Lo que estamos conmemorando, con relación a los cincuenta años, es lo débil de la democracia y cuánto tenemos que cuidarla», concluyó.