Colectivo Deshojar: catarsis, expresión y liberación en una hoja en blanco

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En noviembre del año pasado, Camila Sandoval (31) -fotógrafa, gestora cultural y emprendedora textil- subió una historia a su cuenta de Instagram sin muchas expectativas. Justo un año antes había realizado un taller literario del colectivo osornino «Letras en Resistencia». Allí había profundizado en conocimientos sobre su escritura, actividad que realiza desde pequeña. Camila quería tener un espacio donde compartir lo que había plasmado en alguna hoja de papel o en las notas del celular. Su historia, preguntando por personas interesadas en compartir sus escritos, tuvo buena recepción. Sin pensarlo, fue la génesis del Colectivo Deshojar.

«Para mi sorpresa, muchas personas dijeron que sí. Yo, por lo menos, estaba feliz con que fueran dos o tres. No tenía muchas expectativas, la verdad. Así que decidimos comenzar a reunirnos en el parque Cuarto Centenario (Osorno) cada dos semanas más o menos», narra Camila a El Sureño. Estamos reunidos en una sala de literatura infantil dentro de la Biblioteca de Francke. Hace justo una semana, los encuentros pasaron a realizarse en estas dependencias. El clima no permitía seguir haciéndolo en el parque, ni el espacio en la casa de la propia Camila.

Cada vez que anunciaban un nuevo encuentro aparecían caras nuevas que buscaban un espacio donde compartir sus escritos. «Hasta el día de hoy. Todos los encuentros llega alguien nuevo y comenzamos así sin mucho orden, como solo el hecho de juntarnos a compartir», dice. Y es que el sentido de los encuentros es liberar y expresar. Compartir con otras personas lo que, muchos, guardaban en su fuero más íntimo. Hasta ahora, son alrededor de una docena de personas que acuden permanentemente a los encuentros. Tienen entre 17 y 35 años, asegura Sandoval.

Encuentro realizado en Parque Cuarto Centenario

Deshojar

El deshojar de los árboles durante el otoño es la inspiración que tuvieron en el colectivo para llamarse así. Lo comparan al proceso de escribir, en donde sacan del interior lo que queda inscrito en la hoja en blanco, vaciándose y renovándose. También el cobijo de las hojas de los árboles y las que estaban en el suelo cuando se juntaban en el parque terminaron por cerrar la idea.

Fue en mayo de este año que formalizaron este grupo de encuentros de lectura como un colectivo que se suma a las nuevas instancias culturales en Osorno. «Comenzó netamente como algo de lectura, porque no hacemos muchos ejercicios de escritura. Lo que sí hacemos es que compartimos lo que hemos creado. Y se da naturalmente una retroalimentación de las demás personas, se genera también conversación a partir de los temas que surgen de los escritos», explica Sandoval.

Y esos temas, que son diversos, muchas veces convergen en situaciones comunes. «Si bien todos tenemos diferentes formas de escribir, tenemos en común el lugar. Nuestros escritos siempre van como tirados hacia allá, hacia el territorio, hacia la naturaleza. Y también sobre nuestro interior, digamos, bien introspectivo. Algunos tienen que ver mucho como con la depresión, con qué es lo que está surgiendo dentro y que al momento de escribir se saca», dice la integrante de Colectivo Deshojar. 

Liberar

Camila cuenta que es común que lleguen personas que no compartan sus escritos en su primera aparición en los encuentros. La intimidad de los relatos, muchas veces, inhibe las ganas de darlos a conocer. «Muchos llegan el primer día diciendo que no escriben o que no tienen nada. Luego pasan los días y se dan cuenta que en realidad sí surgen las ganas de compartir cosas. A medida que fue pasando el tiempo y fuimos creciendo, se fueron agregando músicos, gente que escribe canciones y que toca instrumentos», menciona.

Y es que son todas las artes bienvenidas a Colectivo Deshojar, según cuenta su fundadora. «Es totalmente abierto a recibir todas las artes que confluyan en este colectivo. Los afiches que hacemos para difundir son creaciones de mis compañeros del colectivo. Son ilustraciones, fotografías, collage. Vamos a ir reuniendo todas las habilidades para poder potenciar el colectivo. Sentimos que nuestra visión es que no se cierra solamente a la escritura. Ahora ya estamos indagando, por ejemplo, en musicalizar escrito. Mezclando las artes o hablándonos desde otro lenguaje que no sea solamente el declamar», adelanta.

La escritora autodidacta describe al colectivo como «un espacio para hacer catarsis. La gente de repente no tiene los espacios y los busca. Acá en el colectivo existe un alto nivel de respeto, donde personas han podido compartir cosas muy privadas, muy íntimas, incluso con gente que ni siquiera conoce. En el colectivo no es necesario que tú lleves algo para leer. Eso siempre hacemos hincapié. No es obligación leer, no es obligación escribir algo. Siempre extendemos invitación a todo aquel que quiera venir. Uno tiende a pensar que quizás va a ir decayendo el ánimo, y ha sido todo lo contrario».

Francke

Colectivo Deshojar funcionaba según los horarios disponibles de cada persona, una vez por semana. Actualmente, fijaron el día sábado a las 3 de la tarde como el punto de reunión semanal. En ese tiempo comparten escritos, vivencias, conversaciones, música y más, por cerca de tres horas. Para eso fue clave la gestión con la Biblioteca de Francke.

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Este año la biblioteca vivió su reapertura, tras la pandemia. En esa época de emergencia sanitaria, el lugar quedó a disposición de los equipos de salud para guardar implementos, incluso para vacunas. La eventual desaparición del espacio para usarlo con otros fines movilizó al personal a cargo para aprovecharla al máximo. Así contactaron a una familiar de Camila que realiza talleres sobre viveros. Esta última se comunicó a su vez con Sandoval para que pueda tener un espacio. Ahora disponen del lugar para organizar múltiples actividades como Colectivo Deshojar.

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La letrista destaca la importancia de que se generen estos espacios en lugares distintos al centro de Osorno. «Obviamente no se debe dejar de hacer cosas en el centro de la ciudad, en los centros culturales que ya están establecidos. Pero a la hora de hacer este tipo de actividades, es importante que se puedan ocupar todos los espacios. Hay que aprovechar de ocupar los recursos, los espacios, para que no mueran, para que sean útiles para la comunidad», plantea.

Y agrega: «Trabajando acá, ya vamos a empezar a llegar a otro público, porque en realidad nuestro público que llevamos ahora es de las redes sociales nomás. Entonces también nos encantaría que otras personas de otras edades, de otros lugares, puedan integrar el colectivo».

Lo que viene

Para funcionar como organización cultural se necesitan recursos, muchas veces escasos. Es por eso que la idea que tienen los integrantes de Colectivo Deshojar es formalizarse. «Es lo que viene ahora, para poder postular a proyectos y realizar las actividades que tenemos planeadas. Queremos hacer una publicación reuniendo los escritos, como una antología,  autopublicarnos. Darle espacio a personas que no conocen o no tienen contactos, o no saben a dónde ir para poder compartir estas cosas», recalca Sandoval.

La idea, considerando el espacio que actualmente habitan en Francke, es contactarse con otras entidades como el Cesfam, Club de la Tercera Edad y las escuelas. También trabajan en colaboraciones con otras agrupaciones culturales de la ciudad. Actualmente preparan una actividad en conjunto con Puerta Roja, aprovechando las oportunidades transdisciplinarias.

«Queremos mezclar las diferentes artes con lo que escriben las personas del Colectivo Deshojar. Musicalizar poemas, mezclarlos con artes gráficas, entre otras cosas», deja entrever Camila. Para eso están trabajando semana a semana en distintas comisiones a la espera de poder anunciar públicamente el evento.

Invitación

Camila Sandoval comparte el diagnóstico en relación a la cultura en Osorno y este prolífico momento de espacios, encuentros y visibilidad. «A mí me parece maravilloso lo que está ocurriendo en estos últimos años culturalmente. Creo que la pandemia marcó un hito. Hizo que se acumularan muchas ganas de querer hacer cosas. Después de la pandemia como que hubo una explosión de todo lo que la gente guardó. Esta alianza que está ocurriendo dentro de los diferentes agentes culturales ha sido también lo que ha permitido eso», reflexiona.

Y en ese contexto realiza una invitación en general a la comunidad. «Para cualquier espacio cultural, la invitación es atreverse, atreverse a asistir. No importa si es que tú no creas que no tienes nada para compartir, el hecho de animarse a ir, a conocer la cultura, a habitar los espacios culturales que existen en los zonas, porque existen. A veces son un poco cerrados o no tienen tanta difusión, pero existen», señala.

Respecto del Colectivo Deshojar, la invitación que realiza su fundadora es «abierta a toda la comunidad, no hay límite de edad, no hay realmente muchos requisitos para poder asistir al colectivo. Si quieres compartir nomás una tarde de sábado diferente, está abierta la invitación. Nosotros lo que hacemos es leer, compartir escritos, poemas y de quien quiera. Es un espacio que está para que la misma gente que lo compone cree el de qué se trata, digamos». 

El Instagram de la agrupación es @Deshojar.Colectivo , donde quienes deseen pueden comunicarse por alguna duda. «Se pueden acercar a cualquier persona del colectivo, los chicos les van a brindar toda la información que se requiera. Por ahora nos estamos reuniendo acá en la Biblioteca de Franke los días sábado de 3 a 6 de la tarde. Pueden llegar, avisen, no avisen, como quieran», cierra.

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