El camino de Violeta Meier a su auténtica libertad

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La música nunca fue ajena para Violeta Meier (28). Nació y creció en una casa donde la lengua materna se escribe en pentagramas y se lee al ritmo de versos octosílabos. Su madre, Lilia Paredes, es profesora de música y una reconocida folclorista osornina. Su padre, en tanto, es músico aficionado. Era natural que, junto a su hermana mayor, crecieran y exploraran las infinitas posibilidades melódicas.

De hecho, ambas hermanas tocaron juntas en una banda de punk. «Desde chiquita,empecé más que nada con el canto. En la adolescencia empecé a indagar en lo que es la creación. Estuve en varios proyectos en los que hacíamos música, en los que creábamos canciones. Y pasé por hartos episodios, en un proyecto cantaba, por ejemplo, en el otro yo tocaba batería. Después, con mi hermana teníamos una banda de punk en el que ella tocaba guitarra y yo tocaba batería también», cuenta sobre sus inicios.

Y es que el rock en general fue la música que marcó su adolescencia y con la que comenzó a identificarse. Luego entró a estudiar Pedagogía en Música durante tres años y un semestre de canto en la Escuela Moderna de Música. No le gustó ninguna de las carreras y es de la idea de que no es necesario tener un título para ser una profesional de la música. También empezó la experimentación.

Robots Submarinos

Entre sus estudios superiores continuaba con sus proyectos musicales. En esa época tuvo crisis creativas a la hora de escribir las letras de las canciones. «En la adolescencia empecé a crear, pero sólo con guitarra y voz. Y hubo un periodo en que ya no creaba con voz, sino que pura guitarra, porque igual tuve sus rollos por ahí con el tema de la escritura, me sentía poca cosa», se sincera.

Sin embargo, con las ganas de experimentar, tanto en géneros como en labores, a sus veintitrés años, junto al bajista Byron Heckmann, crearon el dúo Robots Submarinos. «Era extraño igual, era como pop progresivo. Cantaba y tocaba teclado. Era como bien experimental ese proyecto, super experimental. Ahí ya me metí más en el tema de la composición y de la producción de lleno», confiesa.

En esa época (2017-2018) no auguraban lo que ocurriría en los siguientes años con estallido social y pandemia incluidos, pero Violeta Meier sabía que estaba sentando bases para su futuro. Aún así, en aquella última etapa de co-creación, empezó a darle forma a su proyecto sin dedicarle todo el tiempo que requería.

El proyecto definitivo

Hasta que en 2020, con los encierros obligados del Covid-19, Violeta Meier comenzó a tomarse más en serio la idea de una carrera como solista. «El proceso  de asumir que soy capaz de producirme, de hacer mi propia música, mi propio proyecto. Tenía el tiempo para hacerlo, estábamos encerradas y mi pandemia fue súper productiva en ese sentido. Me dediqué mucho a la música, fue lo que más hice, carretié súper poco en realidad. Tampoco se podía tocar, pero me enfoque solamente en eso, en crear», precisa al respecto.

Hasta lo cotidiano del encierro era una inspiración para eso. Junto a su sobrino de diez años compuso una canción para la gatita que habita en su casa. «Con mi familia igual tocábamos, así que desarrollé harto ese lado», expone. Fue el comienzo al transitar a un «proyecto definitivo», según sus palabras.

«Es mi proyecto definitivo. Yo creo que una se toma unos años para decidir qué rumbo tomar realmente en la vida. En este proyecto tengo la libertad de hacer el género musical que yo quiera hacer, no me limito en ese sentido. Voy a hacer lo que me nazca, hago la música que sea, el género que sea. Por lo mismo es como mi proyecto definitivo y estoy invirtiendo harta energía, plata y todo en él. Estoy buscando también trabajar el tema de la estética. Creo que es el proyecto más completo en el que he estado. Aparte, como es mío, tengo la libertad obviamente de hacer las cosas como a mí me gustan», sentencia.

Influencias

A la hora de componer, Violeta Meier reconoce la influencia musical de su hogar. «Yo siempre fui súper abierta musicalmente hablando. Me crié con mi mamá, mi papá igual es músico, solo que no se dedica como mi mamá, pero escuchábamos de todo en la casa, de todo. Entonces estaba muy estimulada en ese sentido. Creo que se me ha dado fácil indagar en tanto de género porque crecí muy enriquecida musicalmente», plantea la artista.

Últimamente se está acercando a distintas ramas del género urbano, mezclado con el pop. «Honestamente, influencias, por ejemplo, del género urbano me cuesta, porque vengo de otra escuela. Por ejemplo, una clara influencia es Paramore, pero yo no estoy haciendo música como Paramore. Lo que hago es tomar ciertos recursos como de los últimos discos que son más poperos, por ejemplo. O la Hayley Williams (vocalista de Paramore), su proyecto solista que ella tiene, he tomado de repente recursos de ahí», cuenta.

Destaca entre sus principales influencias a músicos y músicas de Argentina. «Hay una niña que se llama Ángela Torres, que es de Argentina. Me he influenciado harto por los músicos argentinos en este proyecto solista. La forma de escribir me gusta. Escucho como un urbano más under de Argentina. En el under hay más variedad de cosas, siento que conecto más con eso, pero no es porque sea under. Es porque de verdad las cosas están bien hechas e igual me gustaría que lleguen a ser más masivos. Me dedico harto a investigar y a buscar música, por eso llego a esas artistas menos conocidos», dice.

Ser mujer

Actualmente, Violeta Meier está trabajando mezcla y materización de sus canciones con el estudio musical BlackVitamina de Santiago. «Los encontré por una convocatoria que hicieron para producir un tema gratis, el premio era ese. Yo no quedé seleccionada, pero igual me escribieron porque les había gustado, para dejarme el trabajo a mitad de precio. Y así partió. Me gustó y dije ‘ya, me quedo acá'», recuerda. 

Este hito cobra relevancia ya que, relata, «otros productores que, por ejemplo, tengo mi pista hecha y me ha pasado que me pescan la cuestión y me la desarman completa. Ser mujer en este rubro ha sido duro, es algo que debo mencionar. Yo tampoco tengo problema con que me hagan sugerencias de cambiar, no sé, ciertas cosas. Pero eso, sugerir, no que lleguen y te lo cambien sin preguntar. Ellos (BlackVitamina) respetaron mi trabajo».

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clinica duo

Dice que la mala experiencia le ha sucedido en el sur en general. Ahora, afirma que las cosas han cambiando en algo. «Hay más mujeres en más espacios, pero en lo que es la producción he sufrido mucho mansplaining. Se siente que todavía hay hombres ahí que quieren opacarte de alguna forma, o enseñarte cosas que tú ya sabes. Sí, ha cambiado, pero todavía falta mucho. Acá en Osorno, si te fijas, ahora hay más proyectos de mujeres, pero igual son minoría. Es una cuestión cultural que viene de un montón de años», reflexiona.

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Inspirar

Frente a estas situaciones, Violeta Meier saca energía y ganas para que otras mujeres se sumen a la escena artística y musical de la ciudad. «Mi idea es motivar a más mujeres a que hagan sus cosas. Que se metan más a la música o a los procesos creativos, incluso. Porque, bueno, al final todas podemos. Hay que dedicarse y esforzarse para eso», explica.

Al respecto, cuenta que el público que la sigue está conformado cada vez más por mujeres. «Creo que eso es lo bonito de este último tiempo. En un inicio tenía como gente que me seguía y todo, pero no habían tantas mujeres. Hoy en día puedo decir que hay muchas mujeres que están ahí apañándome. Y sí, me hablan y me dicen que las inspiro o que las motivo en ese sentido», afirma. También espera colaborar con otras artistas de Osorno como Locarli MC, o como Auyen Lovas, con quienes trabajó en un beat.

«Yo siempre quise sacar la cara por las mujeres e incentivar a que hayan más niñas en esto. Aparte que teniendo a mi mamá, ella es una referente para mí súper importante. Y es una referente súper importante en el folclore acá en Osorno. Yo tocaba con mi hermana, tenía una banda también con mi mejor amiga. Y realmente debo decir que es una experiencia bacán la de sólo trabajar con mujeres. Me ha acomodado más, en la forma de relacionarse, sobre todo», asegura la cantante.

La escena en Osorno

Con todos esos antecedentes, Violeta Meier pretende crear una banda compuesta solamente por mujeres próximamente. «Mi hermana ya no está tocando. Entonces, igual quiero retomar mi proyecto anterior que se llama Sustancia X. Que es en referencia a las Chicas Superpoderosas. Quiero revivir eso», asevera. A la vez, cuenta que se contactó con agrupaciones como la Colectiva Madre Selva o Las Rebeldes.

Sobre la escena osornina, la cantante cree que «todo ha mejorado bastante, todos los artistas en general, todos han evolucionado de una forma súper cuática. Conozco otros compañeros que venían también de la escuela del rock que están haciendo otro estilo ahora. O raperos que se pasaron al género urbano y lo hacen súper bien. Ha sido bacán ver ese progreso, todos se han atrevido a experimentar más». 

Destaca sobre eso que hay variadas organizaciones que están velando «por que el arte en general sea la fuente de trabajo de todos. El hecho de hacerlo visible ya es un plus para que el resto de personas vean que esto es un trabajo más. Aquí tú eres tu propio jefe y tienes que abarcar un montón de aristas. Entonces, bueno, es súper complejo y es bien sufrido, en verdad. Hay harta depresión detrás de este cuerpo. Es importante mencionarlo».

Sacar fuerzas

Violeta Meier reconoce que en su carrera lo que más le ha costado es «la estabilidad emocional. Es complejo estar detrás de todo. No tengo un equipo de trabajo detrás, de repente, uno con bandas pucha si a ti te falta la motivación, la otra persona la tiene. Y sola, si de repente me siento desmotivada, no hay nadie ahí, eso me cuesta. Para superarlo me doy el tiempo de estar mal, lo que tenga que estar. En ese tiempo escucho mucha música, entonces no es que no haga nada tampoco. La mente siempre está trabajando al final».

La artista manifiesta que esos periodos de la vida le sirven para crear. «Yo creo mucho desde la emocionalidad y del aspecto psicológico. Si no escribo de esas cosas para mí no tiene mucho sentido. Busco ser un aporte en ese sentido. Esto de meterme en el género urbano haciendo otro tipo de letra, cuestionemos un poco, eso me gusta, salirse un poco de la de las reglas del género urbano. Siento que la música y el arte en general debe ser un arma para educar a la sociedad. Por eso para mí es importante escribir desde ahí», argumenta.

«La gente que me apoya en los shows es lo que más me ha dado fuerza este año, sobre todo, para seguir con esto. Porque yo creo que si no tuviera gente que le gusta lo que hago, no sé, tal vez ya habría abandonado la música de la forma en que la veo ahora, de profesionalizarla. El público es súper importante para ayudarme a mantener el equilibrio y la cordura para seguir en esto. Me escriben mucho, siempre me mandan mensajes bonitos. De repente estoy súper triste y me llega un mensaje. Es bonito cómo conectan conmigo», asegura.

Violeta Meier - Vas y Vienes (Performance Video)

El futuro

Hasta el momento, Violeta Meier tiene publicados dos sencillos en Spotify y cinco en YouTube, pero está trabajando en futuro EP. También tiene algunas sesiones en vivo y videoclips en las plataformas. Todos con una producción de alto nivel. «Quedé seleccionada para el Rockódromo de los Lagos y ese te abre las puertas al de Valparaíso. Entonces ahí estamos viendo qué sucede. Tampoco me he dedicado a buscar más fechas porque estoy craneando los videoclips que voy a sacar y todo el tema», adelanta.

También indica que tiene pensado incluir bailarinas a sus shows. «Hace tiempo que quería meter bailarinas. Siento que tampoco he tenido shows tan importantes como para realmente ponerle a eso. Pero ahora sí. Este año ya saqué los singles de manera profesional, ahora ya quiero meter bailarinas, chicas que trabajan con fuego y banda, tener una baterista y bajista», sostiene.

Y sobre las futuras generaciones de músicas y músicos locales, Violeta Meier es clara. «Confíen más en sus capacidades. Puedes tomar cursos, estudiar de internet. Tener un cartón en la música no cambia absolutamente nada. Lo digo porque estudié canto y dije, bueno, ¿qué estoy haciendo acá? No necesito tener un cartón que diga que soy cantante. Hubo un momento en el que no tuve confianza y eso me llevó a demorarme mucho. No evadan las cosas, vivan los procesos como tienen que ser», aconseja.

Para Violeta, la reflexión siempre mostró lo que es.

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